En el CIEC (Centro Internacional de Estampa Contemporánea) descubrió el grabado, y en Betanzos una fuente inagotable de inspiración, alejada de Escocia e Inglaterra. El resultado puede admirarse hasta el 30 de abril en el número 2 de la Rúa do Castro.
Los paisajes de Diana Aitchison recuerdos, testimonio de la realidad vivida “en la Galicia adoptada o en la campiña inglesa de su infancia”, comenta su amiga, la artista Anne Heyvaert. Sobre la matriz, con carborundo y barnices, traza esbozos de sus paseos, de vistas como la que cada día contempla de Betanzos desde el Santuario da Angustia.
Su próximo proyecto, “pintar” a los músicos de la Orquesta Sinfónica de Galicia, la alejará temporalmente del paisaje betanceiro para acercarla un poco más a A Coruña. Porque “la ilusión renovada es el motor de su trabajo”, matiza Heyvaert.
Trabajo en Betanzos
El carborundo es una especie de polvo de metal que se aplica a la plancha y que se combina con barnices antes de la estampación: “Es una técnica latosa, se absorbe mucha tinta y exige un día entero para secar... pero me encanta”, apostilla Diana. “Porque estás estampando y aún estás trabajando... eso es un placer... y todavía más en el CIEC”.
Fue en 1997 cuando conoció el Centro Internacional de Estampa Contemporánea. “Cambió mi vida”, reconoce. Transcurridas casi dos décadas, es una de sus alumnas más aventajadas, entregada colaboradora y fiel admiradora de Jesús Núñez. De la antigua “Casa Núñez”, levantada para albergar los primeros grandes almacenes de Galicia, uno de los ejemplos más célebres del modernismo en la comarca, un diseño del coruñés González Villar, alaba su luminosidad y el ambiente de trabajo: “Es como estar en el campo, cada uno en su parcela respetando al campañero”, comenta Aitchison.
Admiración hacia Núñez
Por eso, ella se acerca todos los días hasta O Castro. El estado de ánimo no es siempre el mismo, pero la artista está convencida de que trabajando nunca se pierde tiempo: “Puedes pensar que no estás haciendo nada, pero estás haciendo algo... ”.
“No creo en las musas... pero si llegan, que me pillen trabajando”, dijo Pablo Picasso. Porque parar no es bueno, y la paciencia es fundamental para un artista, insiste Diana.
Del fundador del CIEC, Jesús Núñez Fernández, destaca su paciencia: “Es increíble lo que ha hecho con este edificio”, en el corazón del casco histórico de Betanzos, a solo unos metros del Pazo de Bendaña, en la misma plaza que la casa consistorial brigantina, de Ventura Rodríguez.
Arte en Galicia
Tanto Aitchison como su marido, el también pintor Tim Behrens, están sorprendidos por el interés que muestran los gallegos por el arte, y seducidos por Galicia. “Nos instalamos hace casi 22 años, supongo que porque Galicia es un poco Escocia...”.
Aunque trabaja tanto en grande como en pequeño, las 24 obras que se muestran estos días en el CIEC son todas “enormes”, todas sugerentes, sin que ninguna prevalezca sobre las demás, como advierte Anne Heyvaert.
Luces y Sombras
“Diana aplica las tintas, retira lo sobrante, define las luces y las sombras, el momento del día, la estación precisa, la evocación de unos sentimientos...”, resume Heyvaert. Esta, amiga y compañera, fue la encargada de su presentación durante la inauguración, hace un mes, en la planta alta del Centro de la Estampa.
El CIEC abre de martes a sábado, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00. Estos días, con motivo de las celebraciones de Semana Santa, está cerrado salvo para las visitas programadas y rutas turísticas, pero el martes 2 recupera su actividad normal, tanto de las salas de exposición como de los talleres del Master de Obra Gráfica.