Los camposantos se preparan para vivir la festividad del Día de Todos los Santos de forma diferente. Este 2020 la cita será más íntima, aséptica y, sobre todo, muchos menos concurrida como consecuencia de la pandemia, que ha obligado a establecer sistemas de cita previa y controles de aforo y de temperatura.
La necesidad de reducir la expansión del virus ha hecho que la mayoría de los ayuntamientos recomienden evitar las visitas a los cementerios el mismo 1 de noviembre y proponen espaciarlas a lo largo de varias semanas.
Otros han prohibido llevar flores a las tumbas el Día de Todos los Santos, mientras que la mayoría han establecido controles de aforo, toma de temperatura, cita previa y visitas de grupos reducidos y durante tiempo limitado.
Además, se han ampliado horarios, suspendido liturgias y actos religiosos, reforzado plantillas y líneas de autobuses y se han diseñado itinerarios para regular el tránsito dentro de los cementerios y evitar así aglomeraciones.
La Xunta ha recomendado que las visitas a los cementerios no superen los 30 minutos y que las reuniones se limiten a un máximo de cuatro personas por grupo. Además, se han suspendido las misas en algunos cementerios.
Limpieza anticipada
Muchos vecinos han aprovechado estos días para limpiar y adecentar las tumbas de sus familiares y amigos, con el objetivo de evitar coincidir en los cementerios con mucha gente en la misma tesitura. La gente mayor, al ser un colectivo vulnerable, ha procurado reducir sus visitas a estos lugares o encargar a sus allegados la tarea de colocar flores frescas y asear los nichos.
De esta manera, se han creado incluso empresas donde los usuarios pueden contratar a una persona para que acuda en su lugar al cementerio a poner ramos, eligiendo la variedad y cantidad de flores y proporcionando las indicaciones pertinentes sobre la tumba a adecentar.