La sede de Afundación lleva a la reflexión al ojo ajeno ante un mal como el del TEA, que se puebla de prejuicios para el que no lo vive de cerca. Por eso, La Diapo Fotografía provocó el encuentro entre afectados y personajes públicos. Puso a Luis Tosar o Pepe Solla delante de uno y de otro entre los dos se formó una energía, que es la que retrataron. Más allá de lo típico, de escenarios de talleres donde los forman o en escenarios en los que trabajan, cuentan desde la firma que la exposición “¿Cómo me presento? 17 encuentros fotográficos para reconocerse en las persoas con TEA (Trastorno del Espectro Autista)” es todo lo que se respiró en esos tú a tú y que no se ve. Documentaron el buen rollo y hoy lo muestran al público para acercar la enfermedad sin acudir a la mirada perdida. Además, jugaron con las localizaciones. Al arquitecto César Portela lo situaron en un edificio de la Universidad diseñado por él y lo juntaron con Javier: “Le encantan los aviones así que hablaron de ellos porque Portela está reformando la T1 y la T2 de Barajas”.
Desde Sés al doctor Ángel Carracedo pasando por otros rostros menos conocidos como la enóloga Cristina Mantilla, “que da conferencias en Estados Unidos”, el resultado fue interesante hasta el punto de que Adrián acabó explicándole a Pepe Solla cómo hace la mermelada y Carracedo consiguió sacarle palabras a un afectados difícil. La Diapo les puso a mano también una cámara, “a algunos les gustó la idea de hacer fotos y dispararon”. Sin embargo, las que sacaron no están. Seleccionaron doce para un calendario de la federación Autismo Galicia, con la que trabaja el colectivo. La muestra, que se puede ver en Afundación hasta el 28 de julio, no es una serie de imágenes al uso. Todas son en blanco y negro “para centralizar más la fotografía”. Organizada por los fotógrafos Esteban de la Iglesia y Manu Suárez, y comisariada por Monse Cea, invitan a pensar sobre la gran brecha existente entre estos dos perfiles y a cuestionarse la forma en que se construye la identidad social de las personas con capacidades diversas.
Para cumplir su objetivo, recrean la acción de presentación, el acto social que marca el comienzo de una relación entre desconocidos con el fin de conocerse y reconocerse en el otro, a pesar de sus diferencias. Mientras esto sucede, de la Iglesia y Suárez cazan a golpe de clic la situación en si, y se retratan a su vez mutuamente registrando el momento. El propósito es promover el conocimiento de estas personas.