Condenado por intentar pagar un coche de alta gama en Louzao con un cheque de 82 euros

Aunque no lo consiguió, los dos intentos de un hombre llevado a juicio de conseguir un coche de lujo en el concesionario de Mercedes Benz Automóviles Louzao, en Perillo, van a costarle una condena como autor de delitos de falsedad en documento mercantil y estafa en grado de tentativa. Así lo acaba de confirmar el Tribunal Supremo, en una sentencia en que se hace eco del error en la sentencia dictada por la Audiencia Provincial, que condenaba al acusado a un año y medio de cárcel, un mes más de lo que era preceptivo.
Resuelta la cuestión, el nuevo dictamen confirma lo que el tribunal de la sección sexta ya había advertido en fase de juicio: que el comprador intentó pagar el coche, primero con un talón sin fondos y, en una segunda intentona, con un cheque cuyo valor real era de 82 euros.
Para ello, y según se recoge en el apartado de hechos probados, el procesado utilizó un cheque expedido en una entidad bancaria de Lugo por esa cantidad y al lado de la cifra, con letra, añadió la palabra “mil” de tal forma que simulaba un valor de 82.000 euros, el precio que debía abonar por el Mercedes.
Los hechos se destaparon, según entiende el tribunal, por la diligencia del empleado de la empresa de automóviles, que tras constatar que el cliente ya había intentado llevarse un vehículo sin tener dinero para ello, quiso asegurarse de que este segundo negocio era legal. Para ello, concertó una cita con el comprador y, una vez que este le entregó el segundo cheque, lo llevó al banco para comprobar la validez del documento mercantil. Tampoco en esta ocasión pudo realizarse la compraventa. Tal como señala la sentencia, el cliente abandonó el banco en el momento en que el cheque pasó a manos de una trabajadora, que tuvo dudas sobre su autenticidad y optó por examinarlo más a fondo.

engaño suficiente
Tanto la Audiencia como ahora el Supremo estiman que el engaño intentado es de suficiente entidad como para ser considerado delito pese no haber prosperado: “La consecución de sus fines no se debió a que el instrumento no fuera idóneo, sino a una especial diligencia del representante del concesionario, que primero no admitió el talón y después acudió a la entidad bancaria para comprobar la bondad del cheque, habiendo tenido incluso que concertar previamente la visita fuera del horario de caja, por la argucia del acusado de acudir a la cita sin tiempo para ir a la sucursal”.
A este respecto, el dictamen destaca que incluso la trabajadora del banco dudó de que el cheque fuera válido, “a pesar de estar previamente apercibida”. Eso lleva a los magistrados a desechar la tesis de la defensa, que alegaba que se trató únicamente de una “compraventa fallida” al no ser “bastante” el engaño. n

Condenado por intentar pagar un coche de alta gama en Louzao con un cheque de 82 euros

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