La Normal acogió ayer un curso de técnicas de reanimación cardiopulmonar impartido por especialistas del Chuac para unos 200 niños. Entre ellos, se encontraba el médico adjunto del servicio de Urgencias, Manuel Ferreiro, que cuenta que para hacer una RCP, previamente hay que elegir “una zona segura y avisar al 112 y el 061". Tras tener esto en cuenta, dijo, se empiezan a realizar las compresiones torácicas –en secuencias de 30 compresiones cada dis ventilaciones– y, si hay acceso, se emplea un desfibrilador externo automático (DEA).
Asegura Ferreiro que este tipo de formaciones "son muy agradecidas" porque los niños "aprenden como esponjas”. Por eso es un gran defensor de que exista una asignatura de primeros auxilios en los centros de enseñanza. Los escolares tienen un gran manejo con la tecnología y esto hace que entiendan el manejo de los desfibriladores de una manera sencilla. Fue una hora y media en la que hicieron, tras una pequeña formación teórica, prácticas con torsos y en grupo. Un aprendizaje que, en palabras del médico, debe basarse en que “la gente aprenda jugando”, la llamada gamificación del aprendizaje. Además, comenta que los más pequeños participan en todo momento involucrándose en la actividad.
Asimismo, este tipo de enseñanzas, desde los 6 o 7 años, Ferreiro cree que ya “son rentables”. Unos cursos con los que aprender a que hay que llamar a los servicios de emergencias y hacer la reanimación hasta que llegan.
Cursos y autoridades
El médico de Urgencias insiste en la necesidad de que exista una formación reglada sobre este tipo de prácticas en los colegios. También habló sobre la implantación, cada vez más asidua, de espacios que tengan desfibriladores, como pueden ser los centros comerciales o polideportivos.
Al mismo tiempo, insistió en la necesidad de que las autoridades e instituciones apoyen este tipo de iniciativas, que, normalmente, suelen ser propias, en este caso, del servicio de Urgencias del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña.
A este tipo de actividades, también suelen unirse residentes del propio centro médico, al que acuden voluntariamente y de forma altruista. Por ello, ven necesario hacer consciente a la población de este tipo de herramientas porque usándolas correctamente pueden salvar la vida de las personas que sufren una parada.