La Asociación de Vecinos Atochas-Monte Alto-Torre de Hércules no se rinde, como tampoco lo hacen los coruñeses afines. Más de dos centenares de personas según la Policía Local (más de 300 según la organización), unos residentes en el barrio y otros no, se echaron ayer a la calle para exigir la restitución del convenio municipal que permitía mantener abierta la biblioteca pública. La protesta, que comenzó con un discurso en el Campo de Marte, acabó frente al Palacio de María Pita. Mañana los representantes vecinales tendrán un encuentro con el Ayuntamiento para negociar un acuerdo económico.

La biblioteca pública de Monte Alto fue ayer un hervidero de gente en el que los mayores del barrio tomaron la palabra. Hasta doscientas personas, la gran mayoría jubilados, se plantaron ante la instalación para, según el presidente de la asociación vecinal, Alberte Fernández, “reivindicar a cultura fronte á censura” del Ayuntamiento, al que acusan de querer ahogarlos económicamente por no ser políticamente afines.

Tal y como había propuesto un vecino en la asamblea abierta de la semana pasada –donde se decidió realizar la concentración–, los participantes en la concentración portaron libros para mostrar su disconformidad con la decisión municipal. Tras un discurso de Fernández, en el que recalcó que la biblioteca “non é da asociación veciñal nin do concello senón de todo o barrio”, el público inició una manifestación hasta la plaza de María Pita.

Con el paseo quisieron dar visibilidad a un conflicto que se abrió con la retirada de forma unilateral por parte del Ayuntamiento de un convenio y que termina, al menos de forma temporal, con la clausura de una biblioteca que daba servicio al entorno desde hace 30 años.

reunión con cultura

Con consignas como “Non se pecha a nosa biblioteca”, “Más cultura e menos touradas” o “Negreira escoita, Monte Alto está en Loita”, los convocantes quisieron presionar a la concejala de Cultura, Ana Fernández, con la que se reunirán hoy a las 14.00 horas para abordar una posible solución para el espacio. Los vecinos se quejan de que con la retirada de la ayuda municipal de 11.000 euros se aboca al cierre a un local que realiza “un servicio social”.

“Vimos falar en contra do peche e pedir que siga funcionando”, comentó el usuario Antonio González. “Si hace falta voy piso por piso pidiendo un euro para mantenerla”, aseveró Rosiña de Monte Alto, parapetada tras la pancarta.

El argumento del gobierno local para la supresión de la partida es que a pocos metros hay otra biblioteca –la del centro cívico–, cuyo uso se quiere potenciar. No obstante, la entidad vecinal denuncia que eso se les dijo pero que se comprometió mantener la cantidad buscando actividades paralelas que pudieran abrir más el espectro cultural del local del Campo de Marte y, según dicen, sin previo aviso se eliminó toda inversión de los presupuestos.

Esta circunstancia también consiguió que al movimiento de protesta de ayer se adhiriese todo el grupo municipal del BNG así como de algunos concejales socialistas, entre ellos su portavoz, Mar Barcón. Para los nacionalistas el espacio era un punto “de encontro e asesoramento para os veciños e veciñas”, mientras que Barcón criticó que el alcalde, Carlos Negreira, “tome decisiones que suponen el cierre de bibliotecas”.