Los teléfonos móviles siguen siendo una de las líneas de investigación más importantes por parte de la unidad mixta de la Guardia Civil que forman la UCO de Madrid y la Policía Judicial de A Coruña en el caso de la desaparición de Diana Quer. Además de lo que pueda llegar a aportar el contenido del iPhone 6 de la joven madrileña, cuya memoria lleva tiempo montada en una placa base desde hace semanas, una parte de esos equipos está trabajando en los primeros listados de los dispositivos que se conectaron en la madrugada del 22 de agosto, especialmente entre las tres menos veinte y las cuatro y cuarto, en el que se le perdió la pista a la muchacha, y que tuvieron un comportamiento similar al de ella entre las antenas de A Pobra y Taragoña, en donde se recibe su última señal. Lejos de reducirse la cifra, que algunas fuentes sitúan en 20.000, los denodados esfuerzos que ponen no logran hacer una criba muy importante ya que se encuentran con situaciones que lo complican mucho, como que la información no esté toda en soportes digitales sino que hay bastante en papel.
Además de los que pudieran pertenecer a individuos cuyos perfiles se acerquen a los que manejan los investigadores como personas de interés policial, se están encontrando con situaciones como que muchos usuarios de esos terminales no coinciden con el titular de la línea, ya sea porque están a nombre de un mismo miembro de la familia o pertenecen a empresas. Del mismo modo, también se encontrarían con el problema de que los teléfonos móviles de las distintas compañías se comportan de manera diferente a la hora de conectarse a los repetidores, pudiendo saltar de una estación base a otra a ritmos distintos aunque se muevan por la misma zona, según confirman algunos expertos, pues aunque puedan llegar a compartir emplazamientos, cada una tiene sus antenas y equipos. De hecho, incluso llegan a apuntar que aunque sean de la misma compañía y vayan dentro del mismo vehículo, pueden recibir señales de antenas diferentes en función de la cobertura o saturación de las mismas estaciones. Con respecto al inquietante correo electrónico que a última hora del pasado martes recibió en su cuenta oficial SOS Desaparecidos, y del que se ha descartado por diferentes aspectos que lo mandase Diana Quer, pese a que está firmado por ella, se sigue investigando de manera paralela por parte de la entidad que preside Joaquín Amills y la Guardia Civil, y poco a poco se van acercando a la localización del remitente. Aunque no parece que vaya a incorporarse a la instrucción de la desaparición de la joven madrileña, las pesquisas van dirigidas sobre todo a descubrir su procedencia real y el motivo por el que se mandó para tomar las medidas legales oportunas, por un posible delito de suplantación de personalidad, que acarrearía una pena de entre seis meses y tres años de cárcel.