La lucha por la justicia social es el compromiso adquirido por el alcalde, Carlos Negreira, ante la imagen de la patrona de la ciudad. En la ceremonia de la Función del Voto, celebrada ayer en una iglesia de Santo Domingo en la que apenas quedaban huecos en los bancos, el regidor realizó la ofrenda a la Virgen del Rosario recogiendo el testigo de un agradecimiento que comenzó hace 425 años.
Aunque el enemigo, apuntó, ya no sea el inglés –a estos se les recibe con los brazos abiertos cuando llegan en trasatlánticos, dijo–, sino “el desempleo, las injusticias, la exclusión social, el sufrimiento de los menos favorecidos y la desesperanza”. En esta lucha de fondo, como la calificó, llamó a todos a participar hasta la extenuación. Con el Ayuntamiento en primer línea, trabajando bajo el estandarte de que “a mayor necesidad, mayor gasto social”. Así “pretende hacer de la justicia social un motivo de orgullo” de la sociedad herculina.
Para el combate contra el desempleo –un laberinto, lo definió– reclamó paciencia, esfuerzo, convicción y consenso. “No tenemos derecho, en nombre de esos miles de coruñeses que aspiran a un futuro más digno, a derrochar energías en trifulcas personales, debates absurdos y cuestiones egoístas”, proclamó en presencia de la corporación municipal, en la que solo faltaba la representación nacionalista.
auxilio a los necesitados
Con mandos militares, miembros de la Orden Tercera, de los Caballeros de María Pita y de diferentes asociaciones coruñesas como testigos, Negreira renovó el compromiso de la primigenia Función del Voto, formulada el 8 de mayo de 1589, en la que 18 cofrades se obligaban a auxiliar a los más necesitados cada 2 de julio, festividad de la Visitación: “En 2014 para esta ciudad todos los días son 2 de julio”. Y en esa tarea, celebró, desempeñan un papel fundamental instituciones imprescindibles, como Cáritas, Padre Rubinos, la Cocina Económica y Renacer.
“Ser coruñés es una bendición y sentirse un obrero más de esta enorme brigada que cada día se levanta decidida a construir la ciudad más bonita del mundo, un privilegio que la vida nos ha regalado”, concluyó antes de encomendar la ciudad a la protección de la patrona.
Con este último acto, concluyó una celebración que había comenzado pasadas las once y media de la mañana en la plaza de María Pita. Allí pasó revista a las Milicias Honrada y Urbana antes de realizar en compañía de la portavoz municipal del PSOE, Mar Barcón, una ofrenda floral al pie del monumento a María Pita. A continuación, la Banda Municipal abrió un recorrido a pie hasta el convento dominico en el que la coral Follas Novas tomó el relevó musical cuando sonaban las doce del mediodía.