Un partidazo que ni fu ni fa

La chica es guapa. La pusieron por las nubes. Se llevaba los mejores piropos. Tanto exageraron sobre su belleza que se creyó más de lo que realmente es. Con tanto bombo y esperando encontrarse un bombón irresistible, sus pretendientes más exigentes la estudiaron con detenimiento, resaltando todo sus defectos. Una decepción. Al final, ni fu ni fa. Como el Fabril-Racing. Un partidazo que se quedó a medias. Dos de los mejores equipos de la Liga se anularon para eliminar el espectáculo.

El Fabril trató mejor el balón. Al menos, dio la sensación de que la intención era la correcta. En cambio, la ausencia de profundidad y falta de conexión entre líneas desdibujó sus ataques posicionales. Inesperadamente, Romay fue el jugador más incisivo ofensivamente. Pegado a la línea de cal abrió un abanico de posibilidades que, lejos de limitarse al juego interior y de asociación, destacó en el desborde, el uno contra uno, el cambio de ritmo... El ex del Montañeros, siempre escoltado por Adrián, tal vez el mejor jugador del partido. Una vez más en el lateral izquierdo, el mediocentro acabó el choque en su posición natural. Soberbio ayer. Al igual que Sidibé. La clase obrera se reveló ante el primer clasificado, un equipo que tiene 22 puntos más.

Enfrente, un líder con hechuras que no se soltó la melena en ningún momento. ¿Conservador o limitado por el rival? Lejos del área, Manu Barreiro no se exhibe (tan) cómodo. Primero, desplazado (nunca mejor dicho) a la banda derecha y más tarde a la izquierda. Así se pasó la primera parte el máximo goleador (15) del Racing esta temporada. Con Marcos Álvarez, Pablo Rey o Dani Iglesias dejándose ver en la posición de falso punta, el conjunto de Aira no intimidó. Tampoco administró con sentido el balón.

Sí lo hizo el Fabril en muchas fases del partido. ¿Qué le faltó, entonces, para poder ganar? El futbolista de talento en la medular, ese que mide los tiempos con precisión suiza y traza los pases con escuadra y cartabón no tuvo su tarde. Teles, que se mostró muy implicado defensivamente, no encontró la precisión en ataque. Problema gordo si eres el mediocentro creativo y el dibujo táctico de tu equipo es un 4-4-2. Por si fuera poco, Lemos, posiblemente el delantero más en forma del Fabril (independientemente de los goles de Luis), tampoco fluyó. Centros inciertos en el primer tiempo e imposibilidad de ser vertical en el segundo ante el repliegue defensivo del Racing. Solo algún zarpazo de Romay o de Cano (en los últimos compases) y alguna arrancada de Luis. El ‘9’ fabrilista no tuvo ningún balón franco dentro del área. Su pareja en ataque de las últimas semanas, el juvenil Dani Iglesias (lesionado), vio como el ‘capi’ Vela, lateral derecho en las dos jornadas anteriores, lo sustituyó. Poco protagonismo tuvo el chiquitín deportivista.

 

Desidia

Daba la sensación de que, desde el inicio de la segunda parte, nadie alteraría el marcador. Ni siquiera a balón parado hubo grandes ocasiones. Quizá en ese aspecto del juego podría notarse más poderoso el Racing. Ni así. Solo un cabezazo de Antonio recordó a la grada de El Mundo del Fútbol que Marc Martínez seguía bajo palos. Los dos porteros (Marc y Marcos) disfrutaron del sol y de la pasividad ofensiva rival durante toda la tarde. En buena medida por el alto nivel de los cuatro centrales.

Partido del que se habló maravillas. Futbolistas de los que se esperaba (mucho) más. Goles que se hicieron esperar para nunca llegar. Sin más. Como la guapa que, al final, resultó no ser tan guapa. Grandes expectativas, grandes decepciones.

Un partidazo que ni fu ni fa

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