Los afectados por la cancelación de las Becas USA siguen inmersos en un proceso judicial con el objetivo de encontrar una compensación o alternativa ante la supresión de este programa para cursar en Estados Unidos primero de Bachillerato. Ayer se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia de A Coruña (BOP) la desestimación del recurso administrativo que presentaron algunos padres y madres de los alumnos afectados, pero el proceso penal sigue adelante. “Es un llamamiento a que los agentes implicados se personen en la vista judicial que está por venir”, reconoce uno de los padres implicados en el proceso.
Este recurso administrativo se interpuso por parte de unos pocos padres “ante la duda de si se podía o no, pero luego fuimos a los tribunales y el proceso judicial está abierto”, dice, y añade que, según han podido conocer, “la vista podría ser a principios del mes de diciembre, o al menos así estaba estimado hasta ahora”. Así, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo emplaza a los interesados a personarse como demandados ante el órgano judicial en el plazo de nueve días tras rechazar este recurso de reposición contra la resolución del Ayuntamiento de A Coruña en relación a la cancelación de las becas con motivo de la pandemia.
El conflicto
A la medida judicial le preceden diferentes propuestas emitidas al Ayuntamiento, como la posibilidad de disfrutar de esta estancia durante el próximo curso o que realizasen allí un curso de inglés durante el verano.
El malestar que ha llevado a tratar el tema por la vía judicial, según recuerda uno de los representantes del colectivo, es la falta de respuestas, tanto por parte del concejal de Educación, Jesús Celemín, como de la alcaldesa, Inés Rey, desde el mes de julio pese a las promesas de que el caso iba a ser estudiado. “Nos parece una tomadura de pelo”, confiesa uno de los padres afectados.
El Ayuntamiento ya elaboró los pliegos de condiciones del programa para el año próximo, “sin hacer nada con el presente curso”, lo que incrementa el enfado del colectivo afectado. Así, indica que las familias que pudieron pagar la estancia de sus hijos en Estados Unidos ya se encuentran allí, pero los que no pudieron abonar la cantidad “siguen luchando por una alternativa de cara al futuro más cercano”.