Aun sin negar “el carácter extremadamente dudoso del caso”, los magistrados que conforman la sala de lo civil y penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acaban de confirmar la sentencia que impuso cuatro años de cárcel al acusado de matar de una cuchillada a un amigo en  San Cristóbal das Viñas.
La Audiencia condenó al hombre llevado a juicio por un delito de lesiones con instrumento peligroso, en concurrencia con uno de homicidio por imprudencia, una calificación que derivó del veredicto emitido por un jurado popular. Recurrieron, por una parte, la defensa, en petición de un fallo más favorable, y por otro, la Fiscalía y la acusación particular, que veían en la agresión con el cuchillo, de 27 centímetros, una muestra clara del ánimo homicida del agresor.
Pero es “precisamente” el carácter dudoso de los hechos lo que lleva al tribunal que ha visto el caso en fase de apelación a respaldar el criterio de la Audiencia, según se pone de manifiesto en la nueva sentencia, desestimatoria de todos los recursos presentados. “No se puede desconectar por completo –el criterio del magistrado que dictó la primera sentencia– de un veredicto como el emitido por el jurado, en el que brilla por su ausencia cualquier hecho que permita inferir que el acusado actuó con ánimo de matar, o al menos que quiso aceptar ese resultado para el caso de que pudiera producirse”, razonan los miembros del alto tribunal gallego.
Lo único que se consideró probado, en virtud de aquel veredicto, es que la víctima falleció tras recibir a manos de su amigo una cuchillada con un arma de grandes dimensiones. En contra de los argumentos de las acusaciones, el TSXG estima ahora que ni la longitud del cuchillo, ni la localización e intensidad de la lesión en el pecho “no impiden considerar la posibilidad de su causación casual o imprudente”, más favorable al reo.

"Absurda"
La misma suerte corren las alegaciones formuladas por la abogada de la defensa, que en su recurso insistió en la tesis del suicidio para tratar de exculpar a su representado. La recepción de esa idea es, como ya había ocurrido en la Audiencia, severa. “El motivo resulta completamente inatendible”, zanjan los magistrados, que se remiten al criterio de la Audiencia. En aquella primera resolución, este órgano cerraba esta posibilidad de forma tajante al calificar de “absurda” la tesis de la autolesión por parte de la víctima, que fue quien alertó a los santiarios de que acababa de ser atacado. n