Su objetivo no era otro que remontar. Y remontó. El Fabril eliminó al Durango (2-1 en la ida) después de ganar por 2-0 en El Mundo del Fútbol más abarrotado de los últimos años. El majestuoso rugido de los leones de Manuel Mosquera hizo vibrar Abegondo con los goles de Remeseiro y Dani Iglesias en un partido dominado en la primera parte y sufrido en la segunda.
El guión que se podría suponer, teniendo en cuenta el resultado en el partido de ida y el estilo de juego del Fabril como local durante toda la temporada, resultó ser el que se desarrolló durante la primera parte: el Deportivo B, dueño del balón y muy ofensivo; el Durango, replegado y esperando un contraataque.
Manuel Mosquera no se sacó ningún conejo de la chistera. Él trabaja solo con leones y, ante la baja del capitán Adrián Martínez (sancionado), cambió uno por otro. Toni Insua fue el lateral derecho, la única novedad en el once inicial con respecto al que sacó en Tabira.
Resultó curioso comprobar como, durante la primera mitad, las llegadas más peligrosas del Fabril se originaron por la banda derecha, esa en la que el lateral (Toni) solo disputó 10 partidos como titular esta temporada y en la que el teórico extremo (Ángel) es un centrocampista que, en muchas ocasiones, interviene en zonas más cercanas a la mediapunta que a la raya de cal. En la izquierda tuvieron menos protagonismo Jorge y un desdibujado Miguel Cardoso.
Una de las pocas acciones en las que intervino con éxito Cardoso en los ochenta minutos que estuvo sobre el campo fue la del 1-0. El portugués inició una conducción cerca de la línea del medio del campo para, después de una pared, trasladar el balón a la banda derecha. Sin duda, en el minuto 25, el Fabril elaboró su mejor jugada de ataque en todo el partido. La pelota le llegó, cerca del pico del área, a Ángel, que interpretó la entrada desde segunda línea de Remeseiro para poner la bola en la trayectoria de su carrera. El ‘10’ blanquiazul, ligeramente pasado de frenada y con un central muy cerca, optó por un ingenioso remate de espuela. La jugada, de inicio a fin, merecía acabar en gol y así fue. Con más de una hora por delante, el Fabril consiguió poner la eliminatoria a su favor.
Poco antes de adelantarse, el Fabril rondó el gol tras un saque de esquina botado desde la izquierda. El balón llegó hasta la derecha y, desde allí, el lateral Toni colgó el balón al segundo palo para caer muerto cerca del punto de penalti. Ángel voleó sobre el barullo visitante.
Consciente de que el resultado (1-0) le otorgaría la clasificación, pero que un gol del Durango lo apearía del playoff, el Fabril siguió atacando y tratando de maniatar la posesión de balón, aunque sin asumir riesgos innecesarios. David lo ejemplificó con varios despejes en largo.
El único remate entre los tres palos del equipo vasco en la primera mitad surgió (ya con 1-0) en una falta lejana que ejecutó el mediocentro Aitor y que desvió (mal) David Gómez propiciando una segunda opción al ataque del Durango, que no encontró remate cómodo.
El 1-0 les conduciría a la eliminación de la fase de ascenso y, por ello, los futbolistas del Durango presentaron un sustancial giro de tuerca en el segundo tiempo. Además de defender, este equipo sabe atacar.
Tal vez por el paso al frente del Durango, tal vez por un bajón físico del Fabril, la segunda parte no registró el control que se esperaba por parte del filial. Ni tanta (ni tan buena) circulación de balón ni, sobre todo, tanta seguridad defensiva como en la primera parte.
Adrián Abasolo, el fichaje estrella del equipo vasco en el mercado de invierno, rozó el gol en tres ocasiones, dos de ellas muy importantes. La primera nació tras un contraataque que finalizó –delante de David– con un remate tímido. La segunda surgió tras revolverse en el borde del área pequeña ante Iago y tirar sin fuerza con la zurda. La tercera, la más clara e incomprensible, totalmente solo para cabecear tras recibir un centro de Mikel.
NERVIOSISMO
Con respecto a la primera mitad, el Durango fue a más y el Fabril a menos, pero los leones de Manu Mosquera no se quedaron de brazos cruzados y también tuvieron las suyas. La más inquietante fue doble: cabezazo de Iago al larguero y, en el rechazo, Dani Iglesias –con la grada celebrando ya el 2-0– al cuerpo de Ibon.
El Fabril no fue capaz de ocultar el nerviosismo de los últimos minutos del partido de vuelta de la primera eliminatoria, pero supo sufrir con ello hasta liberarse estallando de alegría con el gol a la contra de Dani, el gol del majestuoso rugido de los leones.