Más de 500 personas y 40 entidades participaron entre el pasado jueves y el domingo en la cuarta edición de la limpieza simultánea de las playas gallegas organizada por la asociación ecologista Adega. En la Costa da Morte más de un centenar de voluntarios actuaron en siete arenales de los que se retiraron 1.200 kilos de residuos.
En la playa de Talón, en Fisterra, se retiraron 300 kilos gracias al trabajo de 23 voluntarios y vecinos, a los que se unieron los propios bañistas. Había otra actuación que el IES Fin do Camiño iba a llevar a cabo en Langosteira, pero ha sido aplazada.
También se retiraron 300 kilos en Laxe: 200 del arenal de la localidad y otros 100 de Soesto. En el primero participaron veinte voluntarios en una actuación encabezada por la asociación ambiental Contramínate con la colaboración del Concello y del CPI Cabo da Arena. En la playa de Soesto trabajaron 27 personas  del IES Maximino Romero de Lema, de Baio.
Asimismo, en el arenal carballés de As Saíñas se recogieron 220 kilos de basura. La asociación ambiental Senda Nova y el Concello de Carballo colaboraron en esta iniciativa con la participación de once voluntarios.
También se retiraron 200 kilos del arenal de Corna Becerra (Carnota), con trece personas trabajando. Otros 150 kilos salieron de la playa dos Muíños (Muxía), labor de la que se encargaron cinco personas del programa de voluntariado del Concello. Finalmente, tres miembros del colectivo Surf and Clean retiraron 30 kilos de residuos de la playa malpicana de Aviño.
Fueron un total de 1.200 kilos en la Costa da Morte, lo que supone el 30% del total de la basura retirada en toda Galicia, en su mayor parte de origen plástico. Cuerdas de todo tipo, aparejos de pesca, cajas, botellas, tapones y hasta un colchón salieron de las aguas gallegas.
Desde Adega destacan que el objetivo de este tipo de jornadas es limpiar las playas y crear conciencia. Los ecologistas hacen hincapié en que la basura marina es uno de los graves problemas ambientales del planeta, provocado por “la insostenibilidad de los modelos de consumo y producción de nuestra sociedad, las malas estrategias en la gestión de nuestros residuos y la falta de sensibilización de la población”. Añade Adega que cada año diez millones de toneladas terminan en los océanos, procedentes en su mayor parte de la industria pesquera pero también llega a través de los ríos.