La jefa de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante Cardíaco, Marisa Crespo, será hoy condecorada con la Medalla Castelao debido a la gran labor ejercida a lo largo de estos años en el mundo de los trasplantes.
¿Qué se siente al recibir una Medalla Castelao?
Una profunda emoción al ser algo absolutamente inesperado. Una sorpresa.
¿A quién se lo dedica?
A mis padres, que fallecieron, y sería un gran orgullo para ellos. Al igual que a mi unidad. A unos lo dedico y con otros los comparto. Sin olvidar al doctor Castro Beiras, que fue quien me dio la oportunidad.
¿El éxito de su unidad está en la unión del equipo?
El reconocimiento de la Medalla Castelao es una labor de equipo. No solo del cardíaco, sino de la terapia multidisciplinar que se le da al paciente.
¿Cómo llegó al Chuac?
Tuve mucha suerte. Realicé en el hospital Puerta de Hierro mi residencia y allí me pude formar en un tratamiento especial. En el 1991 empezó el trasplante cardíaco en el Chuac y, dos años después, Castro Beiras precisó de un cardiólogo que se encargase del seguimiento. Nunca había estado en A Coruña y Castro Beiras me invitó y me dio una oportunidad.
¿Cómo ha evolucionado el mundo de los trasplantes?
La evolución del tratamiento ha hecho que muchos pacientes que hace 25 años solo tenían como solución el trasplante, ahora puedan no hacerlo. De los pacientes que nos envían para evaluar, solo un 10% lo necesita.
¿Y la unidad?
Cuando yo llegué, en 1993, había 40 trasplantes, mientras que a día de hoy llevamos 818. Somos el tercer centro del país, tras Puerta de Hierro y Valencia.
¿En qué líneas se avanza?
En muchas, porque hay variedad de tratamientos farmacológicos y no farmacológicos. Intentamos que cada paciente reciba el tratamiento que necesita. Hay que verlos muchas veces para ir ajustando la medicación.
¿Tienen algún tipo de ayuda en cuanto a la medicación?
Ahora tenemos con nosotros una terapeuta ocupacional que enseña al paciente a preparar bien la medicación, para que no se olvide y la tome a la hora correcta. Además, tenemos trabajadores sociales para que ayuden también a los pacientes.
¿Cuál es el índice de supervivencia de los trasplantados?
En nuestra unidad, por encima del 90%.
¿El porcentaje ha mejorado?
Sí. Lo fácil es desestimar al paciente por riesgo, pero cada vez se intenta más. Si vive, le hemos ofrecido al paciente la oportunidad de hacerlo.