Miguel Conde Lobato es publicista, conocido en todo el país por las famosas campañas de “Vivamos como galegos” de Gadis.
Ahora da el salto a la novela, publicando su thriller “Los lobos no piden perdón”.
¿Qué se pueden esperar los lectores de “Los lobos no piden perdón”?
Espero que algo sorprendente, una historia intensa, entretenida y muy divertida, en el sentido de que la disfruten. Pero sobre todo sorpresa. Es un thriller, una novela de suspense e intriga, pero también tiene reflexiones.
¿Como cuáles?
Hay un telón de fondo en la novela que es la sociedad y hay muchos temas en los cuales uno puede tomar posición de manera sencilla.
La protagonizan un convicto y un periodista.
El preso es un político, un exalto cargo, que es un asesino en serie. Este asesino elige hablar solo con una persona elegida por él, que es un periodista joven, con unas condiciones laborales nada halagüeñas y que de repente se ve favorecido por algo que le puede cambiar la vida su carrera. El joven duda entre ser utilizado de alguna forma por un asesino, o no hacerlo y seguir en su mundo. Esos dilemas periodísticos trato de que sean una trama y una historia en si misma, además de la trama central.
¿Cómo decide un publicista que quiere escribir una novela?
Tuve un accidente grave en 2016 que me tuvo unos meses en silla de ruedas. Empecé a pensar, sabes ese pensamiento que dice que todos tenemos dos vidas, pero la segunda empieza cuando te das cuenta que solo tienes una. Pues a mi fue tal cual, había muchas cosas que pensé que si hubiera muerto no habría podido hacer, entonces me animé a hacer algo que llevaba pensando desde los 14 años, que era escribir historias.
¿Fue difícil cambiar la publicidad por la literatura?
La verdad es que son compartimentos estancos. Obviamente hay talentos comunes como la imaginación o el dominio del lenguaje. De alguna manera la profesión de publicista me ha ayudado a cosas como imágenes o escenas. El cambio de lenguaje, sin embargo, si que me costó un poco más. Mi mujer ejerció un poco como correctora diciéndome que tenía que darle un poco de sosiego al relato. Fue mucho trabajo, pero sarna con gusto no pica cuando te lo estás pasando bien.
Tuvo críticas muy buenas de otros autores como Juan Gómez Jurado.
Es una pasada, me parece un privilegio absoluto. Estoy disfrutando mucho esto porque hace tres años no lo hubiese imaginado. Cuando lees y ves gente que te anima a seguir es una auténtica fortuna. Espero merecer esa fortuna y seguiré trabajando para ello.
¿Algún proyecto en mente?
Entre otras cosas, estoy preparando ya la segunda novela, que está casi acabada, y que no tiene nada que ver con esta.