Sin caricias ni mimos. Sin meditar ni dudar. A falta de un mes para el día de los enamorados, el Celta B conquistó el ‘miniderbi’ por la vía rápida. Sin tiempo para adaptarse al lugar de la cita, el Fabril se encontró en fuera de juego con dos goles en veinte minutos. El romanticismo al que no renunció pese a las adversidades no le bastó. El mítico recurso del central en punta para agotar los últimos minutos no provocó el deseado empate a la heroica. Un beso (al escudo), del exdeportivista Añón en la celebración del 1-0; y una flor, la de la efectividad celtista; resumen el (des)encuentro de amor de los más jóvenes de la categoría.
Si en el partido de la primera vuelta en Abegondo el Fabril impuso su estilo y anuló al rival desde el primer minuto, ayer no pudo. Eso sí, no presentó la renuncia a la combinación como hizo una semana antes en Pasarón contra el Pontevedra.
El Celta B se adelantó antes de que se cumpliese el minuto 10. Un centro de Levy encontró la cabeza de Félix en el área pequeña. Al cuero le ponía eso de sembrar el nerviosismo y, para darle más morbo, se trasladó a la zona de Añón, el principal protagonista del duelo. El exjugador del Deportivo solo tuvo que empujar ante Marc Martínez. Su celebración, besando el escudo del Celta, no pasó desapercibida ni para unos (#Cañón) ni para otros (#Cagañón).
La única realidad es que, guste más o menos, Añón había hecho lo más difícil en un derbi, sobre el papel igualado, como el de ayer: abrir el marcador.
Efectividad máxima del Celta. Un tiro a puerta, un gol. Para no alterar el porcentaje, Félix le dio continuidad en el 22. Despeje defectuoso de Uxío y balón muerto a la altura del punto de penalti. Volea del ex del Alondras lejos del alcance de Marc. 0-2. La flor celeste.
Con la posesión de balón, ligera profundidad ofensiva y un novedoso delantero centro (Vela), el Fabril buscó aproximarse en el marcador. En la primera parte no lo consiguió.
En el segundo acto, con un Celta B centrado en mantener el resultado, el filial del Depor encontró en Insua, más todocampista que nunca, su hombre resolutivo. Impecable en el aspecto defensivo, fabricó el 1-2 incorporándose al ataque. En los últimos minutos, como delantero centro, generó incertidumbre, pero el Fabril no pudo con el beso de Añón y la flor de un Celta B que ya es segundo.