El temporal que azotó la madrugada de este lunes la costa coruñesa derribó una de las paredes del emblemático hotel Solymar, en la playa Grande de Miño. El edificio, visiblemente afectado por los episodios adversos de los últimos meses, registraba daños importantes desde principios de febrero, después del paso de “Nadja”, “Petra” y “Ruth”, y el oleaje acabó derribando parte del inmueble que, por su antigüedad, se ha convertido en uno de los símbolos del arenal y el veranaeo miñense y de toda la costa entre A Coruña y Ferrol.
El inmueble, de más de medio siglo, sufrió las primeras grietas la misma jornada en que la fuerza del mar destrozó todo el paseo, e incluso alcanzó las dunas, de la playa Grande de Miño. Este lunes a primera hora, el edificio, convertido en un complejo de apartamentos, amaneció con una de las paredes sobre la arena, y por la tarde, con la pleamar, el oleaje continuó ensañándose con los muros del Solymar.
La costa coruñesa amaneció con rachas de viento que han superado los 110 kilómetros por hora y los fuertes vientos han levantado olas de hasta nueve metros en varios puntos de Galicia.
El Ayuntamiento de Miño desplazó a uno de sus técnicos hasta el inmueble para comprobar su estado, prohibiendo el acceso a la zona de apartamentos, la más afectada junto con el talud de tierra que separa el mar de la huerta contigua al Solymar.
Como en Miño, también en la playa bergondesa de Gandario, que la ciclogénesis “Petra” se tragó casi por completo y, cuando aún no se había recuperado, ha destrozado este temporal, que incluso derribó parte del cierre y uno de los portalones del Albergue das Mariñas. En Oleiros, los servicios de emergencias acordonaron los paseos de Mera y Santa Cruz, completamente inundados durante la pleamar. n