Los trabajos en la actualidad ya no son tan físicos como lo eran hace décadas. Hoy en día, millones de personas pasan horas delante de un ordenador en una oficina, cubriendo jornadas de trabajo que demandan menos a nivel físico pero que a nivel mental sí pueden suponer un impacto severo para la salud.
Además, si no se mantiene una postura adecuada mientras se trabaja, el malestar físico acaba apareciendo sí o sí. Por esta razón, la ergonomía y la fisioterapia son muy importantes para evitar dolores, pues nuestro cuerpo ha sido concebido para estar en constante movimiento y no para pasar ocho horas frente a un ordenador.
Desde la clínica Fisioconde, que son fisioterapeutas en León, recomiendan tomar especial atención a la postura delante del ordenador, adquirir una silla ergonómica y tener la pantalla del ordenador a una altura adecuada. Los dolores de cervicales son una de las causas que más se tratan en fisioterapia y las posturas delante del teléfono móvil, y la dependencia de estos dispositivos, han venido a agravar la ya de por sí problemática con las posturas al ordenador.
Saber adoptar una buena postura ergonómica ayuda a evitar problemas musculares, lumbalgias, tendinitis o dolores de espalda. Por supuesto, la educación postural debe ir acompañada de buenas condiciones ambientales de trabajo: iluminación natural, temperatura agradable e higiene en el espacio de trabajo.
La postura en el trabajo es lo más importante. Incluso teniendo la mejor silla, un ratón ergonómico y una mesa que se ajuste a tu estatura y dimensiones, si tu postura no es la adecuada, no te van a servir de nada y acabarás sufriendo dolores que pueden acabar con la necesidad de visitar al fisio para corregir estos malos hábitos posturales.
Tener una buena postura pasa por mantener una posición recta, con la espalda lo más erguida posible, bien pegada al respaldo y que no queden huecos a la altura de la zona lumbar.
Aunque ya lo comentamos previamente, esta recomendación es imprescindible para poder pasar horas frente al ordenador sin sufrir dolores cervicales y lumbares. El asiento ha de poder regularse en altura y mantener la distancia adecuada entre el cuerpo y la pantalla.
Para determinar la altura del asiento, los pies tienen que estar en contacto con el suelo y las rodillas formar un ángulo recto, manteniéndose a la altura de las caderas. Para un apoyo lumbar óptimo, la parte baja del respaldo debe alinearse con la curva natural de la parte baja de la espalda.
Durante el trabajo, las manos y los brazos deben estar relajados, con la muñeca sin estar en tensión y manejar el ratón alineando muñeca, manos y brazos.
La superficie de trabajo es otro aspecto a tener en cuenta para adoptar una buena postura. Para evitar molestias musculares, es aconsejable mantener los objetos más comunes, los que más utilices, lo más cercano posible. Los objetos de uso más puntual, mantenlos fuera de tu alcance. Esto te obligará a cambiar de postura y estimular la circulación.
Con respecto al uso del ratón, siempre que sea posible, deja de utilizarlo. Los comandos del teclado y el touch pad de los ordenadores portátiles evitan la aparición de muchas tendinitis, y con ellas, la visita al fisioterapeuta.
No solo hay que cuidar la postura. Para conseguir una mejor visibilidad frente al ordenador, desplaza la pantalla al fondo del escritorio. Elige un monitor que tenga entre 17 y 19 pulgadas, alarga el brazo y situa el monitor a esa distancia de tu cuerpo.
Posicionar bien la pantalla ayuda a minimizar los problemas de fatiga visual. Es importante colocar el monitor a la altura de los ojos y ligeramente orientada hacia atrás. En este punto juega un papel clave la altura de la silla.
Una fórmula adecuada que te permite evitar las visitas al fisioterapeuta y ganar en educación postural es responder a varias preguntas: ¿está tu espalda derecha y los hombros echados hacia atrás? ¿la altura del teclado mantiene el brazo y el antebrazo es ángulo recto? ¿forman las rodillas un ángulo recto?
Más allá de estas preguntas, es también recomendable realizar durante la jornada laboral pausas regulares para estirar y agilizar la circulación sanguínea. En esos momentos, no está de más descargar y liberar tensión en brazos, muñecas y cuelllo.