“Voy a olvidarme la lotería aquí a  ver si me toca”. Esa fue la frase más repetida ayer entre los clientes de la administración de la plaza de San Agustín, donde su propietario, Manuel Reija González, encontró el famoso resguardo de la primitiva premiada con 4,7 millones en julio del año pasado. “Que el boleto premiado acabase en mis manos es surrealista, propio de ‘Cuarto Milenio’”, comentaba ayer este veterano lotero, que lleva años repartiendo millones entre los coruñeses, entre ellos, un importante quinto premio en la lotería de Navidad.
No puede aportar muchos detalles para no dar pistas sobre cómo o a qué hora encontró el boleto para no intoxicar las investigaciones que se lleven a cabo ahora que se anunció el extravío del resguardo premiado. De lo que sí se acuerda es de lo que hizo en cuanto lo tuvo en sus manos. “Lo metí en la máquina y vi que estaba premiado; lo comprobé hasta tres veces... No me lo creía”, relata Reija.
Cuenta que ni por un segundo se le pasó por la cabeza el quedarse con el resguardo. “Prefiero hacer lo que hice, tengo la conciencia tranquila”, añade este afortunado lotero que se quedará con el bote si en el plazo de dos años no se logra comprobar la identidad de la persona que selló el boleto premiado. Pero Reija por el momento no piensa en eso. “Hay tantas posibilidades de que aparezca el propietario como las había de que una primitiva sellada en la otra punta de la ciudad y premiada acabase en mis manos”.
Al margen de las bromas de los clientes, Reija cuenta que alguna persona se informó ayer sobre lo qué tenía que hacer para reclamar el premio. Por su parte, el Ayuntamiento, responsable del expediente de hallazgo del dueño del boleto, recordó que se trata de una investigación abierta, y que se emplearán todos los métodos para dar con el afortunado.