Manuel Gabarris y su esposa Esmeralda, ambos de etnia gitana, viven en un piso de alquiler en las Sindicales de San Pablo (Catabois), junto con su hija de 7 años, y no pueden hacer frente al pago de la renta por la total carencia de recursos.

Le adeudan al dueño de la vivienda, Javier Paz, que también está en paro, un total de once mensualidades, por lo que este emprendió un procedimiento judicial de desahucio, que se suspendió el pasado 26 de octubre gracias a la mediación de la Rede de Apoio Mutuo de Ferrolterra, que logró alcanzar un compromiso del Concello de Ferrol de hacer frente al alquiler durante tres meses.

Mientras tanto, Manuel, Esmeralda y la pequeña subsisten gracias a la colaboración de diferentes organizaciones, pero en breve podrían enfrentarse de nuevo al desalojo.

integración social

Ninguno de los dos tiene trabajo –nunca lo tuvieron, él realizó un curso de aprendiz de albañil durante seis meses, pero no llegó a estar empleado– y están a la espera de que les concedan la Renta de Integración Social de Galicia (Risga), que, según manifestaron a este periódico, solicitaron en el pasado mes de agosto.

La niña, que está escolarizada, padece graves problemas de salud, a causa de un riñón dilatado y de tener muy bajos las plaquetas y los glóbulos rojos, según explica la madre.

La familia acude diariamente a buscar la comida a la Cocina Económica, mientras que Cáritas les facilita la ropa y el calzado y, por su parte, la parroquia de San Pablo y la Asociación Lazos les suministran también algunos víveres.

En su casa no entra un solo euro, por lo que, además de no hacer frente al alquiler, tampoco pueden pagar la energía eléctrica y el agua.

Por eso, Manuel y Esmeralda se mantienen a la espera de la ansiada ayuda de la Risga y muestren su preocupación por la posibilidad de verse en la calle en los próximos días, con su hija enferma. n