Hoy presentamos al gran público una de las más importantes firmas comerciales españolas y con sede en A Coruña: la fábrica de cervezas Estrella Galicia, que este año cumple el 110° aniversario de su fundación y su nacimiento coincide en una época en el que el consumo de la cerveza no era tan familiar y no tenía la gran aceptación social de hoy en día.
En A Coruña hay indicios del consumo de cerveza en el siglo XIX, una de cuyas fábricas era la de Merkel en A Gaiteira, pero la que sentaría cátedra sería la de José María Rivera, con su Estrella Galicia, la cual, con el paso del tiempo, alcanzaría renombre universal.
Esta fábrica inicia su andadura en 1906 en la entonces avenida de García Prieto 3 y 5. Su primera ampliación acontece en 1934 al construir un nuevo almacén. A estas alturas la fábrica tiene en el mercado las populares tipo “pilsen”, de color claro, y el denominado “Munich”, más oscuro y ligeramente aromatizada con lúpulo, las cuales se disfrutan en todo su sabor a lo largo y ancho de Galicia.
En dicha fábrica se producía también hielo artificial para el consumo industrial y doméstico, pero en particular destinado a los barcos de la Palloza de un modo preferente, con una constante demanda para los pesqueros que se surtían de esta materia.
Para 1939, Ramón Rivera, hijo del fundador, solicita al Ayuntamiento la ampliación de la fábrica con un pabellón en la terraza destinado a la refrigeración del mosto. Dicha industria disponía de una amplia terraza al aire libre dando su frente a García Prieto y el lateral a la actual calle de Concepción Arenal, lo que la convertía en un referente social en verano como parque merendero y un punto obligado de reunión a donde acudían los numerosos forasteros y marineros que arribaban al puerto coruñés, mientras los mozos de la ciudad y su entorno disfrutaban de su rubia cerveza y también de las fiestas celebradas en el parque anejo.
En 1946 se registra otra solicitud, formulada por el mismo Ramón Rivera, sobre la ampliación de la fábrica de cervezas. Quedan las obras bajo la dirección del arquitecto Peregrín Estellés y estas consistían en la elevación de parte de los muros exteriores de uno de los pabellones que forman la fábrica.
Nuevo edificio
Una posterior reforma en 1955 la lleva a efecto el también arquitecto Ramiro Mariño Caruncho y consiste en levantar un nuevo edificio e instalar nueva maquinaria, de modo que la planta baja sería el lugar en donde se haría el lavado y llenado de botellas, mientras que la entrada estaría dedicada a las oficinas, al igual que la primera planta, que además albergaría el laboratorio. En la segunda, el almacén de la materia prima y el sótano se usaría como bodega, ocupando algo más de 280 metros cuadrados, dando la fachada principal a Concepción Arenal y General Sanjurjo (hoy avenida de Oza) donde en la parte superior de la edificación figuraría rotulada “La Estrella de Galicia” fábrica de cervezas y hielo artificial.
El tiempo transcurre y las nuevas necesidades de producción que les llevan a alcanzar los diez millones de litros de cerveza, obligan a los responsables de la empresa y nietos del fundador, los hermanos Rivera Riguera, a dejar la veterana instalación de Cuatro Caminos y construir otra en la zona de A Grela, donde inician su instalación en 1969. Dos años más tarde, en el mes de febrero de 1971, se embotella en la nueva planta, de donde sale la primera cerveza, pero con el mosto que procedía de la antigua fábrica, siendo en 1972 cuando se hace la primera cocción en la nueva instalación de A Grela.
Una vez hecha la mudanza industrial, la calle en la que se asienta La Estrella Galicia en dicho polígono recibe el nombre de Gambrinus, el inventor del braceado de la cerveza, aunque desde 2005 un tramo de esta calle lleva el nombre del fundador José María Rivera Corral. Mientras, en el antiguo solar en que se levantó la primera fábrica de Estrella Galicia, se construye una edificio denominado Torre Efisa.
Al igual que aconteció en su momento, la nueva Fábrica de Cervezas Estrella Galicia se queda pequeña y para ampliarla son necesarios los terrenos adyacentes a dicha planta, que suman los 12.000 metros cuadrados que se unirán a los 64.000 existentes, para dar salida a la producción a la que se enfrenta esta factoría coruñesa, que produjo en 2014 unos 270 millones de litros de cerveza y daba empleo a 448 trabajadores. Pero para hacer frente a sus retos de producción de alcanzar los 400 millones de litros a muy corto plazo, precisa de dichos terrenos en los que se está trabajando sobre el papel, para que puedan pasar a ser propiedad de la empresa y culminar con éxito la nueva ampliación, que dará paso a nuevos puestos de trabajo, los cuales se estiman entre los 220 y 250 operarios más.
Estando en la actualidad presente en 40 países, el deseo de la empresa es reforzarse en estos y ampliar su presencia a otros nuevos potenciales mercados cerveceros. Un éxito al alcance de pocos, solo los previsores y laboriosos que creen en lo que hacen logran hacer realidad sus proyectos, de los cuales nos sentimos orgullosos los coruñeses.