No fue hasta pasados diez días de la aparición del cadáver de una mujer en una zona de aguas poco profundas de una playa de Carnota que el juzgado ordenó la detención de su pareja. Aquella muerte fue tomada en principio por un accidente e incluso durante la investigación hubo dudas por parte de la Fiscalía de si presentar acusación contra el hombre, expolicía expulsado del cuerpo, que aquella mañana de agosto de 2008 acompañaba a la víctima. El juicio se celebrará finalmente en la Audiencia a partir del lunes, donde el quincuagenario se enfrentará a una petición de 16 años de cárcel por delitos de robo con fuerza y homicidio agravado.
Tras analizar las circunstancias que rodearon la muerte de María Dolores Villar, el ministerio público concluye que aunque no hay pruebas directas contra el sospechoso sí existen indicios que le apuntan como responsable del ahogamiento. De él, el escrito de calificación destaca su “extraordinaria fuerza física” y su “dominio de la natación y el buceo”, en contraposición con la complexión de ella, una mujer “extremadamente delgada” que “apenas sabía nadar”, y que además había perdido capacidades físicas tras un grave accidente de tráfico sufrido unos años antes.

abuso de superioridad
En este contexto sitúa el fiscal el ahogamiento, que ocurrió en una jornada en la que la pareja se había visto en A Coruña y había viajado en coche hasta Carnota, después de varias semanas de convivencia y separaciones. Según el relato que esta acusación llevará al juicio, el hombre convenció a la fallecida para que pasaran el día juntos en ejecución de un plan prefijado y “con engaño” y “astucia” la llevó a una zona apartada y semioculta de la playa de Carnota. Allí sería donde, según este criterio, logró sumergirla en el agua “prevaliéndose de su mayor fuerza física y sus conocimientos de defensa personal”, y mantenerla “con la presión y fuerza de su propio cuerpo el tiempo necesario hasta que la mujer perdió la vida”.
Esta tesis motiva una acusación por homicidio, agravado por la relación de parentesco, por tratarse de una pareja, y por el “abuso de superioridad” del hombre sobre la mujer. n