La feria quincenal de Betanzos volvió ayer a la denominada “nueva normalidad” con mayor espacio y recorridos para los visitantes, después de haber dejado atrás el brote de Covid-19 que obligó a varias decenas de personas de la localidad a guardar la cuarentena necesaria.
Pero ayer por fin se pudo celebrar de nuevo la cita, pero esta vez extremando todas las precauciones. Así, el Ayuntamiento reorganizó los puestos para poder disponer de un mayor espacio para los visitantes de la feria, al tiempo que se ofrecía una mayor separación entre los mismos vendedores, que no pudieron superar las dos personas por puesto.
La reorganización de los puestos fue uno de los puntos en los que el Gobierno local encontró discrepancias, aunque finalmente se celebró con esta predisposición.
Los pasillos de paso se ampliaron, hasta los seis metros, y se establecieron recorridos para así mantener la distancia recomendada. Además, los propios puestos contaron con separadores, de plástico, que se sumaron a la lista de medidas de protección instauradas por el Gobierno municipal para poder disfrutar de la feria.
Superficie y entradas
Para poder establecer los espacios y los recorridos, el espacio de la feria tuvo que ser más grande de lo habitual, lo que al mismo tiempo permitió que se pudieran establecer el mismo número de puestos de siempre.
Para que las distancias y los citados caminos se cumplieran con normalidad, se establecieron cuatro entradas y otras tantas salidas. Además, Policía Local, miembros de Protección Civil y algún trabajador de seguridad privada completaron un dispositivo atípico para una feria atípica, pero lo más cercana a la normalidad posible. Los tres cuerpos fueron los encargados de informar sobre las medidas de ayer.