A Telva “fabrica” 1.200 litros de agua por segundo para abastecer a la ciudad

A Telva “fabrica” 1.200 litros de agua por segundo para abastecer a la ciudad
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Funciona 24 horas al día desde 1941 y permite que todos los coruñeses dispongan de agua apta para el consumo con solo abrir el grifo. Se trata de la Estación de Tratamiento de Agua Potable de A Telva, una de las piezas clave de Emalcsa –y una de las más desconocidas–, que abastece a la ciudad a un ritmo de 1.200 metros litros por segundo.
La estación, ubicada en el municipio de Cambre, se divide en tres plantas. Cada una de ellas responde a una época diferente. Se fueron construyendo conforme aumentaba la necesidad de incrementar el suministro al crecer la población de A Coruña y su comarca. La primera planta de tratamiento entró en funcionamiento en 1941. Su capacidad de bombeo era inferior a los 200 litros por segundo. La nave es una de las más bonitas del complejo. Dentro se conservan dos cubas de madera, que en su momento servían para ofrecer agua a los coruñeses.
La segunda se levantó en 1976 y permitió llegar a los 800 litros por segundo. No fue hasta 1996 cuando se creó la última –y más moderna–. Con la misma, Emalcsa logró tratar 1.000 litros por segundos mediante un proceso totalmente automatizado. En la actualidad, A Telva está preparada para lazar hasta 2.325 litros por segundo.
 
las instalaciones
En el complejo no se escucha ni un ruido. Solo un ligero zumbido de las máquinas y los pájaros que anidaron en este oasis con apariencia de fábrica. Dentro del recinto hay viviendas, las que había en la zona cuando se expropiaron los terrenos para construir la estación.
Las viviendas llegaron a ser empleadas por empleados de la factoría. Ahora están vacías y solo se utilizan para realizar simulacros. Aunque entre los técnicos que trabajan en las instalaciones no faltan ideas para darles uso más allá de un hogar.
Román Maceiras es el jefe del departamento de producción y tratamiento de Emalcsa. Es el encargado de guiar la visita de El Ideal por el interior de la estación, y uno de los responsables de que los coruñeses disfruten de agua potable todos los días. Habla de las instalaciones casi como si fuesen un hijo. No se le escapa nada. Asegura que la de A Coruña es una de las mejores aguas de España. No lo dice él, lo dicen los parámetros que se recogen todos los días de las muestras que se analizan en el moderno laboratorio de A Telva.
A través de sus explicaciones recuerda que, pese a los años que separan a las tres plantas de tratamiento, todas ellas se basan en el mismo mecanismo para ofrecer agua potable, en el que priman los principios físicos y naturales sobre las intervenciones químicas.

el proceso
Ese proceso casi natural comienza en el río Mero, donde se capta el agua. Según Maceiras, el caudal del río es de muy buena calidad ya, lo que hace que resultado final sea todavía más satisfactorio: “Te puede gustar más o menos, pero el agua es muy buena”. Una vez se recoge el líquido, este pasa por dos filtros compuestos por rejas verticales y tamices automáticos.
Superado este paso se bombea el agua bruta y se pasa a la cámara de mezcla. Ahí se busca facilitar la sedimentación de las partículas, un proceso que se refuerza con reactivos. Es el momento de la coagulación y la floculación. A partir de ahí se decanta y pasa una serie de filtros en los que solo se emplea agua, arena y aire a presión.
El último paso, obligado por la Xunta, es la cloración. En A Telva se añade cloro gas al agua antes de bombearla a los de depósitos de Alvedro, donde se distribuye a todos los coruñeses. Hay otra salida, hacia Bergondo, que sirve a los municipios del área. Maceiras recuerda que este último paso permite garantizar que el agua es apta para el consumo. “Si tiene cloro no está contaminada”, añade, al tiempo que explica que esta sustancia va actuando conforme pasa el tiempo, por eso cuanto más trayecto tenga que recorrer el suministro a través de las tubería es probable que tenga más gusto a cloro.
Desde A Telva, el agua recorre los 500 kilómetros de red. Al año se bombea tantos litros como el equivalente al embalse de Cecebre. La estación no solo destaca por las dimensiones de agua que trata, sino porque dispone de todos los mecanismos necesarios para actuar en caso de contaminación. Además, en Emalcsa destacan que el líquido que se devuelve al río está incluso más limpio que el que se recoge. Al igual que los lodos, que son tratados en una planta específica para el fin, creada en 1996.
Para mantener activa A Telva hace falta mucha energía. Es ahí donde se dispara el consumo de estas instalaciones. Al año, la factura energética alcanza los dos millones de euros. En este sentido, Maceiras considera que será una gran oportunidad el nuevo proyecto Smart City, para digitalizar las instalaciones. La actuación se sumará al cambio del sistema de iluminación que se ejecutó el año pasado. Con todas las mejores, esperan ahorrar al año 600.000 euros en el recibo eléctrico.

A Telva “fabrica” 1.200 litros de agua por segundo para abastecer a la ciudad

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