Enrique Míguez Rey (A Coruña, 1952) atiende a este diario con motivo del Día Mundial Contra las Hepatitis infecciosas, que se celebra en la jornada de hoy.
¿Qué son exactamente la hepatitis víricas?
La hepatitis es una inflamación de las células hepáticas producida por un agente químico o un agente infeccioso. Es decir, nosotros podemos desarrollar una afectación severa o mortal en relación con una intoxicación de cualquier tipo, por ejemplo, por comer setas y también podemos desarrollar lo mismo por lo que se conoce “en la calle” como hepatitis vírica.
¿Cuáles son las causas principales por las que se contrae la hepatitis vírica?
Siempre vamos a hablar de cinco tipos de hepatitis, que son la A, la B, la C, la D y la E. La hepatitis A, por ejemplo, está disminuyendo dramáticamente su incidencia, y se relaciona sobre todo con problemas de higiene alimentaria, por ejemplo, contacto con objetos, contaminados o alimentos. También, en relación con contactos sexuales; de hecho en los últimos brotes que hay en nuestro país se establecen sobre todo en relación a hombres que tienen sexo con hombres. Pero son muy puntuales. Entonces el periodo de incubación de la Hepatitis A es entre 28 y 30 días de promedio
¿Cómo de importante es la vacunación como prevención?
La vacuna es altamente segura y altamente eficaz. Desde luego es un consejo universal. Insisto, en nuestra sociedad, como la hepatitis ha disminuido, no es tan necesaria a nivel universal, pero sí en grupos de riesgo, si vamos a a hacer algún viaje a algún país extranjero, me refiero a áreas tropicales, subsaharianas, etcétera.
¿Cuáles son las diferencias básicas entre las cinco clases de hepatitis víricas?
Si a ti te duele la pierna te puede doler por pegarle alguna patada o porque te has caído, te la hayas fracturado o porque hayas tenido un accidente. Pues de la misma forma, no es distinguible por como está un paciente, por cuales son sus síntomas, no es posible distinguir qué tipo de virus es. La única forma de distinguirlo es con un análisis de sangre, porque el hígado responde exactamente igual en una situación de una agresión, y da igual si la agresión es por una intoxicación o por comer setas, por un tipo de medicamento o por una hepatitis A, B, C, D o E. El hígado responde al fracasar en sus funciones, entonces puede dar síntomas o no.
¿Cuál es la más extendida de las cinco hepatitis víricas?
Como ya hemos dicho, la hepatitis A está prácticamente erradicada. La hepatitis B tenemos una incidencia baja y yo creo que la hepatitis C en los últimos años, se ha puesto en el escaparate por la aparición de los fuegos artificiales de la actuación directa. La hepatitis B tiene una capacidad de transmisión superior a la del virus del sida. Todo el mundo le tiene miedo al sida, pues la hepatitis B puede incluso transmitirse de una madre infectada a los niños que, una vez nacidos, en el 90% de los casos la cronifican. Si se contagian en los cinco primeros años de vida se cronifican entre el 30 y el 40 por ciento. El 90% de los pacientes contagiados se recuperan en un periodo de seis meses. La hepatitis B, un virus terrible, además es capaz de sobrevivir 7 días fuera del organismo, es decir, se propaga por la calle, con agujas... Por eso hay que proceder si no se está vacunado. La vacuna en la hepatitis B tiene una eficacia de aproximadamente un 95%
¿Unos datos de la OMS hacen una aproximación de que con 6.000 millones de dólares se podría erradicar las hepatitis C en 2030. ¿Son cálculos realistas?
Esto es muy variable porque como usted sabe el precio de los medicamentos de la hepatitis varía totalmente del lugar. De hecho, en España el precio de los medicamentos era altísimo y se negoció en el año 2015 entre el Ministerio (de salud) y los laboratorios una rebaja en el precio. Además se inició un programa de intento de erradicar la hepatitis, que estamos más cerca que nuca de conseguirlo que otros países del resto del mundo.
¿Cómo funcione el programa nacional de erradicación?
Hay que tener en cuenta que todos los gastos de los que se habla, seguramente recuperaremos el triple de lo invertido. Entonces, hay una meta que es 2030 para el desarrollo sostenible y también se promueve desde el año 2015, intentando reducir las infecciones en un 90%, que el 90% (de lo casos) estén diagnosticados y reducir las muertes. En España en el año 2015 se desarrolla el Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C, y entre el 1 de enero de 2015 y el 30 de septiembre de 2018, se tratan 117.500 pacientes aproximadamente, con una eficacia del 95,52%. Es decir, estamos hablando de unos tratamientos que están próximos a la curación del 100%.
¿Qué habitos personales pueden ayudar a prevenir el contagio?
Lo fundamental está en los accidentes relacionados con la sangre, por donde se transmite mediante el intercambio de fluidos personales. En agujas sobre todo con las que son huecas (en temas de drogadicción), después las relaciones sexuales... existen muchos factores. Tendríamos que centrar nuestros esfuerzos en personas en riesgo de exclusión social, en entornos marginales.
¿Qué importancia tienen las campañas de concienciación sobre enfermedades como esta del 28 de julio contra la hepatitis?
Hay un porcentaje de la población que digamos es hipersensible. Detectan un anticuerpo positivo y piensan que es una urgencia. Hay que tratarlo sin prisa pero sin pausa ya que tiene una evolución muy larga. El problema surge cuando hay tratamientos altamente eficaces en los cuales una parte de la población, que son los más marginados la banalizan. Si me infecto, me trato. Está sucediendo con muchas enfermedades, como el VIH y las hepatitis y no es ninguna broma. Te pueden dejar secuelas para toda la vida y con una gran carga social. Actúan en función del “si me infecto, me trato”, y eso es un gran error. Pasa con muchas enfermedades.