La Audiencia impone tres años y medio a una pareja de Penamoa que vendía droga a cambio de joyas

La Audiencia impone tres años  y medio a una pareja de Penamoa que vendía droga a cambio de joyas
la policía entró en la chabola en marzo de 2009 susy suárez

Los nombres grabados en las muchas joyas que le fueron decomisadas a una residente en el poblado de Penamoa durante un registro policial a su chabola son una de las pruebas que llevan a la Audiencia Provincial a concluir que en la vivienda se comerciaba con cocaína y heroína. “Tito”, “Chelo”, “Sally” o “Yosi” son algunas de las inscripciones que podían leerse en el reverso de pulseras y medallas y, como se hace notar en la sentencia, ninguno se correspondía con el de los residentes.
Fue, precisamente, la denuncia de un toxicómano por el robo de una de esas joyas lo que motivó el inicio del procedimiento judicial contra la pareja, que ha sido condenada a tres años y medio de reclusión y multas cercanas a los mil euros por un delito contra la salud pública. Tal como expuso hace cuatro años el testigo ante la Policía, se trataba de un colgante de oro grabado y con un cristo, que había dejado a su proveedora como fianza al no poder costearse la dosis que había ido a comprar. Cuando, ya con el dinero, intentó recuperarlo, la mujer se negó a devolverlo, alegando que le gustaba mucho.

La denuncia partió
de un adicto que quiso recuperar una medalla que dejó empeñada

dinero fraccionado
La medalla apareció en el registro a la chabola, que se llevó a cabo en marzo de 2009, y donde también se intervinieron pequeñas cantidades de cocaína y heroína, recortes de plástico como los usados para confeccionar las dosis y dinero fraccionado, que a ojos del tribunal de la sección segunda procedía del comercio ilegal, al igual que las joyas intervenidas.
Estos indicios, unidos al trasiego de toxicómanos que los agentes constataron antes de entrar en la vivienda, y el hecho de que en el anexo a la misma hubiera personas drogándose en el momento de llegar las patrullas, llevan a los magistrados a ver probada la comisión del delito.
En este sentido, la sentencia condenatoria resta importancia al hecho de que ninguno de los toxicómanos llevados al juicio a declarar como testigos recordase nada de lo ocurrido en la chabola hace cuatro años o de los negocios de sus residentes; ni siquiera, el joven que denunció el robo de su medalla, y quien en su momento aportó la descripción de la vendedora que se la había quedado, el lugar donde se ubicaba su chabola y su nombre, información que sí se corresponde con la acusada.
Esa falta de concordancia entre las versiones de los testigos es uno de los argumentos del recurso de casación contra esta sentencia, que ya prepara el Taller de Abogados, encargado de la defensa de uno de los procesados. A ojos de esta parte, la resolución dictada por la Audiencia vulnera el principio de inmediatez, al no tener en cuenta la última versión que los testigos sostuvieron en el juicio, “que –mantiene la defensa– es donde debe practicarse la prueba”. 

La Audiencia impone tres años y medio a una pareja de Penamoa que vendía droga a cambio de joyas

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