Mientras el Mediterráneo acumula embarcaciones y cuerpos, y los grandes países europeos remarcan sus extravagancias ante la crisis migratoria, el Día Internacional de la Asistencia Humanitaria, celebrado ayer, gana más importancia si cabe.
Son muchas las ONG que trabajan día a día para solventar los problemas que muchos otros no quieren en su conciencia. Algunas, como la embarcación Open Arms gozan de una gran importancia mediática. Otras, como Ecos do Sur, establecida en A Coruña, permanecen más en la sombra. Las acciones de ambas, sumando la de todos los profesionales y voluntarios del mundo, dan significado a este día.
Francisco Hurtado es uno de los máximos responsables de Ecos do Sur, que actúa principalmente en A Coruña. “Tenemos más de 40 proyectos actualmente. Nuestros principales focos de acción son la inclusión social de personas en riesgo de sufrir exclusión. Hablamos de inmigrantes principalmente, aunque también atendemos a personas sin recursos o mujeres que han sufrido violencia machista o agresiones sexuales. Nuestro eje es la activación social. Intentar ayudar a este tipo de personas”, afirma.
Además desde Ecos do sur también ofrecen otros servicios que ayuden a esta integración, a esquivar el olvido de la sociedad. “Tenemos cursos de idiomas, personas que proporcionan la información básica sobre escolarización, empadronamiento... También se busca que estas personas tengan una inserción laboral lo más rápido posible. Es un proceso larguísimo. Hablamos de años hasta poder empezar a plantearnos el poder utilizar la palabra integración”. Para Francisco, el crisol cultural que trae consigo la integración de los inmigrantes es un beneficio en todos los sentidos. “Siempre que se haga desde el respeto por parte de los dos lados, la integración es algo muy positivo. Hay ciertos discursos xenófobos que intentan destruir esto, pero hay una gran parte de la población española que quiere crear un entorno saludable”.
En Ecos do Sur ayudaron a 5.000 personas en el último año. A Coruña, pese a ser un entorno satisfactorio para la integración, debe mejorarse en palabras de Francisco. “En el Agra hay comunidades de senegaleses que siguen teniendo su cultura muy presente, pero compaginable con la nuestra. Debemos hacer un llamamiento a la gente para hacer esto posible”, concluye.