La Torre de Hércules está de celebración por su décimo aniversario y varias actividades giraron en torno a ella esta semana –de igual modo que durante el día de hoy–, como las visitas guiadas nocturnas a la Torre y su entorno.
Manuel Sánchez Domato, guía en el faro, asegura que se trata de “una experiencia distinta” y que, pese a que toda la oferta de visitas tiene valor, “lo nocturno siempre atrae un poco”. Al mismo tiempo, alude a que hacerlas coincidir con la caída del sol “es poético”.
Estos recorridos, donde se intenta, en palabras del guía, “poner en valor todo lo que es el conjunto de la Torre” comienzan en el Centro de Interpretación y Atención de Visitantes “para darlo a conocer”. Asegura que mucha gente no lo conoce o no ha entrado nunca, pese a que ya hace tiempo que existe. “Hacemos una pequeña introducción y explicamos qué se va a ver durante la visita”, informa. Tras esto, suben hasta la terraza haciéndolo coincidir “con ese paso entre el día y la noche” y, finalmente, bajan a la rosa de los vientos en plena oscuridad.
A día de hoy siguen recibiendo solicitudes para participar en las visitas, pero el cupo se llenó un par de días después de haberlo anunciado. Hicieron cuatro grupos de 25 personas y la lista de espera ronda los 200 solicitantes, en una actividad con gente entregada y, como comenta Sánchez, “con ganas de hacer preguntas y aprender”.
Valor y curiosidades
Hace diez años que la Torre se erigió como Patrimonio de la Humanidad y Manuel Sanchéz piensa que localmente el faro se valora. “Cuando fue la elección, hubo un movimiento ciudadano muy grande”, recordó. Además, apunta que con esta celebración “se trata de recuperar ese espíritu” que la ciudad se levante y “darle, entre todos, mayor impacto”.
Al mismo tiempo, hizo referencia a “los despistes” más frecuentes de los visitantes. “Mucha gente pregunta por el ascensor y se le explica directamente que nunca estuvo aquí”, contó, a la vez que añadía que, incluso, “hay gente que llega a decirte que ellos subieron en ese ascensor hace años y que rezaron en la capilla arriba”. También recordó que hace un año que el sistema de entrada es diferente, “para evitar colas y por seguridad”. Hay un sistema de franjas horarias y cada 15 minutos entran 17 personas.