Un estibador falleció ayer por la mañana en la bodega de un barco carbonero que está atracado en el puerto exterior de Ferrol. Se trata de Antonio Díaz Piñol, de 56 años, casado y con una hija, que era natural de Guitiriz aunque desde hace años vivía en la zona del Inferniño, en Ferrol.
El accidente laboral se produjo en torno a las diez de la mañana en el interior del buque Hanjin Sines, de bandera panameña y procedente de Indonesia que atracó el pasado día 14 en la rada de Caneliñas para descargar carbón destinado a Endesa.
Según la información recogida al respecto, el trabajador fallecido, que pertenecía a la plantilla de la Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep) del Puerto de Ferrol, iba a proceder, junto con otros compañeros, a la limpieza de varias bodegas del barco carbonero. Al parecer, por error se introdujo en una que todavía no estaba disponible para poder entrar en ella, porque tenía una gran concentración de dióxido de carbono, y cayó desplomado en el acto.
Estos trabajos se suelen realizar de dos en dos y su compañero se percató de su ausencia al ver que el fallecido no entraba en la bodega correcta, por lo que dio la voz de alarma de inmediato.
Se trata de un buque de unos 300 metros, en los que las bodegas tienen una altura de veinte metros. En espera de los resultados de la autopsia que le fue practicada por personal del Imelga de Ferrol, se desconoce si falleció a causa de la inhalación del gas o de si, al desmayarse, pudo haberse caído por las escaleras y perder la vida a causa del golpe. No obstante, la hipótesis que cobra mayor fuerza para la Policía que investiga los hechos es la de que murió a causa del dióxido de carbono.
Desde el Centro de Atención as Emerxencias de Galicia del 112 se movilizó a los servicios sanitarios, que desplazaron al lugar de los hechos una ambulancia, si bien no se pudo hacer nada por devolverle la vida al estibador. También intervinieron los bomberos del parque municipal de A Gándara, que se encargaron de rescatar el cuerpo sin vida de Antonio Díaz del fondo de la bodega y subirlo a bordo en una camilla nido.
Cuando el personal contraincendios se adentró en la bodega del siniestro la atmósfera ya era respirable, debido a que las escotillas ya llevaban un tiempo abiertas.
En torno a la una de la tarde, la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Ferrol, en funciones de guardia esta semana, se desplazó al lugar del accidente acompañada por el forense y se autorizó el levantamiento del cadáver.
Desde el 061 se movilizó, asimismo, a la Policía Nacional, que es la que instruye las diligencias del caso, así como a la Policía Local de Ferrol y a la Guardia Civil.
Según pudo saber este periódico, el trabajador fallecido se jubilaba dentro de cuatro meses, al cumplir los 57 años, en base al régimen especial de que disfrutan los estibadores.