Aunque se trata de un barrio joven que acaba de cumplir su cuarto de siglo, Los Rosales sufre un problema de cierta carencia de servicios debido a la gran cantidad de bajos comerciales que se encuentran vacíos desde hace tiempo.
“El problema son los precios desorbitados. Muchos de los bajos son de inversores extranjeros que se hicieron con ellos hace 25 años y no se preocupan y esto es una pelota que crece y en la que nadie se atreve a meterse”, indican desde la Asociación de Vecinos y Comerciantes Amigos de Los Rosales.
Con precios que oscilan entre los 600 o 700 euros hasta más de 1.000 euros, desde la entidad indican que los bajos actuales no resultan un “atractivo” para empresas o emprendedores. “Además, es que muchos están en obras y en cuesta así que no es asumible”, indican.
Junto a los carteles de “se vende” o “se alquila” que cuelgan de las paredes, la mayoría aún de ladrillo, estos días también se pueden ver vallas de la Policía Local limitando una fachada ubicada en el número 9 de la calle de Simón Bolívar, debido al posible riesgo de desprendimiento por la apertura de una grieta en la pared. “También se ven algunos en los que tuvieron que poner cadenas porque se metían okupas a dormir y en un gimnasio abandonado entraron a robar hace un par de años”, destacan desde Amigos de los Rosales.
Polo de atracción
A pesar de que se trata de una zona “poco dinamizada”, desde la entidad de vecinos y comerciantes aseguran que muchas “start up” o empresas emergentes eligen Los Rosales para montar su negocio en vez de instalarse en los polígonos empresariales.
“Aunque el coste elevado no invita a coger un bajo, por suerte, están naciendo cosas nuevas”, destacan desde la asociación, al mismo tiempo que piden unos precios más realistas.
“Lo bueno sería que haya más iniciativa por parte de los propietarios de los bajos para que puedan tener precios atractivos para que las “start up” y emprendedores puedan instalarse en nuestro barrio”, señalan, al mismo tiempo que reclaman posibles ayudas por parte del Ayuntamiento.
Crear algún tipo de herramientas como una bolsa de locales online o un servicio municipal de gestión intermediaria ayudaría a atraer futuros comercios, así como “ayudar con microcréditos al pequeño emprendedor, por ejemplo, para hacer frente a la reforma o que el propio propietario, cuando tenga algún tipo de carencia, el Ayuntamiento se lo pueda compensar de alguna manera... Hay hacer algún tipo de iniciativa que potencie la inversión”, señalan desde la entidad.
En el acuerdo de mandato firmado entre el PSOE y el BNG el pasado mes de junio se establece en uno de los puntos el estudio de la viabilidad de la creación de un programa específico de dinamización del comercio con una bolsa de bajos comerciales en régimen de alquiler y los socialistas ya anunciaron en su programa de cara a las elecciones municipales que incrementarían las ayudas a emprendedores.