La dermatóloga del hospital San Rafael, Victoria Nespereira, con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Piel, habla sobre los cuidados y las consecuencias de no protegerse del sol.
¿Qué recomendaciones hay a la hora de exponerse al sol?
No exponerse directamente y andar por la sombra o buscarla. Además de utilizar prendas de ropa que nos protejan –sombreros y gafas de sol; incluso, ropa que sea fresca de manga larga–. Luego, a la hora de exponerse, no hacerlo en las horas centrales del día. Lo que se suele aconsejar es fijarse en la sombra; si es corta, estamos en las horas más peligrosas. Los medios de comunicación suelen facilitar el índice de radiación ultravioleta –cuanto más alto sea, mayor cuidado debemos tener–.
¿La gente está concienciada?
Sí, pero todavía hay mucho desconocimiento en cuáles son las medidas de protección más adecuadas y cómo utilizarlas.
El sol se relaciona con el cáncer basocelular hasta en un 90% de casos; en el melanoma, en un 86%
¿Cuáles son las principales consecuencias de no protegerse de los rayos solares?
El envejecimiento cutáneo, o sea, mayor formación de arrugas y manchas. Y lo más importante, cáncer de piel a largo plazo.
¿Cuál es el cáncer más frecuente?
El carcinoma basocelular. Se forma una tumoración en la piel y va creciendo lentamente. Normalmente, solo tiene repercusión a nivel local, pero puede llegar a ser muy agresivo. Suele aparecer en zonas que están expuestas habitualmente, como la cara. Puede llegar a desfigurar, bien por el tumor o la cirugía para extirparlo.
¿Qué relación tienen con el sol?
En el basocelular o el epidermoide, el sol está relacionado con ellos hasta en un 90% de los casos; mientras que en el melanoma, hasta en un 86%.
¿Cuántos casos se detectan?
En la ciudad de A Coruña se diagnostican unos 100 anuales.
¿Cuál es la franja de edad donde se dan más cánceres de piel?
Normalmente en mayores de 50 años; pero, el melanoma es también en gente joven.
¿Qué opina de las cabinas de bronceado?
Es conveniente concienciar a la población de que se consideran carcinógenas, al mismo nivel que el tabaco. Es radiación ultravioleta más concentrada que la que recibimos del propio sol y se suma al daño que puedes acumular a lo largo de tu vida. Es verdad que hay cabinas controladas, pero que se usan para el tratamiento de determinadas patologías que mejoran su diagnóstico.