El cirujano Víctor Bautista, responsable de la Unidad de Cirugía Cardíaca Infantil y Congénita del Chuac, fue el ganador de la segunda edición de la beca Menudos Corazones, con el proyecto “Aislamiento de mitocondrias para autotrasplante en pacientes pediátricos con cardiopatías congénitas”.
¿Qué sintió al recibir el premio?
Un gran honor. Realmente, la Fundación Menudos Corazones aglutina a las familias y pacientes con cardiopatías congénitas y por eso surge el trabajo, para mejorar la calidad de vida de los pacientes con estas cardiopatías.
¿En qué se basa la investigación?
Cuando se hace una operación de corazón –muchas veces– hay que pararlo y se conecta a una máquina de circulación extracorpórea que hace de corazón y pulmones, mientras que nosotros tenemos esos órganos parados para poder operar dentro y corregir la cardiopatía. En el tiempo que no llega la sangre al corazón, nos encontramos que al final de la operación, la función del corazón se ha visto afectada. Por eso decidimos realizar esta investigación, que está basada en una terapia muy novedosa que se ha estudiado de manera prolija en el hospital de niños de Boston y se ha aplicado allí de manera pionera en algunos pacientes. Para mejorar esa función del corazón, ellos han aislado mitocondrias –organela intracelular de producir la energía– y se las han inyectado en el corazón, para mejorar la fuerza contractil.
¿Su principal ventaja?
Muchas veces nos añade un escalón más al armamentario terapéutico del que disponemos hoy en día –fármacos o dispositivos de asistencia ventricular–.
¿Con respecto a la terapia, a partir de qué tipo de tejidos se obtendrían las mitocondrias?
La técnica se llama “autotrasplante de mitocondrias” porque son del propio paciente al que se lo vamos a inyectar y así no crea rechazo. La gente de Boston lo ha hecho de músculo esquelético -de los abdominales- y nosotros del propio corazón del paciente.
¿En qué pacientes está indicado?
En los pacientes infantiles con alteración significativa de la función del miocardio, después de una operación en los que han fracasado las terapias estándar.
¿Se podría aplicar en otro ámbito de la medicina?
Si vemos que las posibilidades terapéuticas son útiles se podría expandir a más enfermedades, sean cardiovasculares o no.
¿Cuántas operaciones de cardiopatías congénitas hacéis al año?
Operamos a más de 100 niños con cardiopatías congénitas en el Teresa Herrera.
¿Aun no se utiliza en pacientes?
Es una terapia donde hemos demostrado que se pueden aislar las mitocondrias, pero aun no la utilizamos en pacientes. Hay que asegurarse de que la técnica es fiable y diseñar un ensayo clínico para poder validar nuestro resultado en el ámbito asistencial.
¿Cuáles son los siguientes pasos?
Hemos inyectado mitocondrias con una jeringa directamente en el corazón. Lo primero que tenemos que ver es, a nivel celular, cómo se interiorizan, funcionan y aclimatan las nuevas mitocondrias. Seguidamente, ver las vías de administración posibles.