Entre finales de 2009 y principios de 2010, el Teléfono del Menor de la Xunta recibió varias llamadas anónimas que alertaban del trato que recibía, a manos de su madre y el novio de esta, un niño de cinco años residente en la calle de Argentina. También su abuela paterna acudió en aquella fecha a la Fiscalía para denunciar la violencia de la que era víctima el pequeño. Ahora, una sentencia del juzgado de penal 2 impone a su madre veinte meses de prisión, y siete meses a su compañero sentimental, por dos episodios de malos tratos contra el menor, que desde abril de hace tres años vive con los abuelos paternos, después de que la administración retirase la custodia a la progenitora.

La resolución culpa a la acusada de dos incidentes, uno ocurrido en un parque de Labañou y otro dentro de su propia casa, en que el pequeño acabó con un ojo morado, según la versión de la mujer, después de tropezarse con la lavadora. Pero, si se atiende a lo relatado por varios de los vecinos de la pareja, pudieron ser varios más, a tenor de los gritos “exagerados” que se escuchaban en aquella casa o de las cosas que salían por boca del niño ante sus abuelos o en el colegio.

La Fiscalía llegó a pedir por ellos hasta seis años de prisión para la madre y otro tanto para su compañero, y hasta ocho para cada uno la acusación particular, que ejercía el padre biológico del pequeño. La sentencia, no obstante, solo sanciona el bofetón que el chaval recibió en el parque, a la vista de varias personas, y el golpe en el ojo a manos de su madre, a pesar de ver “alarmante” el número de cicatrices y golpes que presentaba el menor en los reconocimientos médicos, y “cuestionables” los métodos de corrección de la madre. Entre ellos, manchar los lápices con ajo para evitar que su hijo los mordiera. Como destaca la jueza, el niño siempre negó durante el procedimiento los malos tratos habituales de sus tutores, de los que tampoco hay testigos presenciales.