La movilidad, unas de las cuestiones que preocupan a los coruñeses, es la especialidad del urbanista Salvador Rueda, que ayer presentó en el Colegio de Arquitectos (COAG) su proyecto de las supermanzanas.
Una solución, explicó, que “cambiaría la ciudad”, superando la idea de implantar un plan de movilidad tradicional –basado en redes de transporte– en favor de la creación de todo un modelo urbanístico. En el que “no se hable de peatones, sino de ciudadanos”, que se definen por algo más que por su modo de trasladarse.
Las supermanzanas, concebidas como nuevas células urbanas –como en su tiempo fueron las manzanas–, se plantean para incorporar todos los medios de transporte a la vez, articulados de tal forma que sobre ellos primen los vecinos. Así, dentro de estos espacios –de unos 400 por 400 metros– se reduciría al mínimo la circulación rodada, hasta el punto de que solo se permitiese el acceso a los residentes, a los vehículos de servicios y a los de emergencias. Con la idea de que las supermanzanas “no sean un lugar de paso, sino de origen y destino”. Estas premisas se apoyan en la limitación de velocidad a 10 kilómetros por hora, calculada para que los accidentes, de producirse, no sean mortales.
En una ciudad pensada para el uso de los ciudadanos, la solución para el aparcamiento a largo plazo pasa por la sustitución de plazas en superficie por otras en garajes y el transporte público se impulsa como el más eficaz para el traslado por la ciudad. La idea es crear una nueva red de autobuses que haga de este un medio de transporte competitivo y permita el acceso de los usuarios a toda la ciudad en un tiempo de 25 minutos. Los autobuses compartirían vías de circulación con el resto de los vehículos, en la periferia de las supermanzanas, con la ventaja de que los semáforos se ajustarían de tal forma que estuvieses a su favor.
La implantación de este sistema en A Coruña permitiría, según los cálculos de Salvador Rueda, liberar 100 hectáreas de espacio público. “El equivalente a cien campos de fútbol”, apuntó, “frente a las cinco que hay ahora”.
El concepto de las supermanzanas se aplica en ciudades como Barcelona y Vitoria, en las que Rueda indicó que el grado de satisfacción de los vecinos ha crecido de forma considerable. A modo de ejemplo destacó que en relación con la nueva red de autobuses de las zonas de Barcelona en las que se ha implantado el proyecto los valores de satisfacción superan los ocho puntos y que en el caso de Vitoria los usuarios de este tipo de transporte han aumentado un 85%.
La conclusión de su exposición es que este planteamiento urbanístico aumentaría “el grado de habitabilidad de A Coruña”. n