Antonio Parra, jefe de servicio de Alergología del Chuac, habla sobre las alergias cuando estamos a punto de sufrir un repunte de la más frecuente a nivel mundial, causada por el polen
¿Qué es la alergia?
Sustancias que nos rodean normalmente y son inocuas para nuestro organismo, pero nuestro cuerpo las ve como algo malo, entonces genera unas defensas contra esas sustancias que en vez de ser beneficiosas para nosotros son perjudiciales y da lugar a esos estornudos, inflamación de la nariz y de los bronquios; esta última se traduce en asma.
¿Cuál es la más frecuente?
Cambia según la zona. A nivel mundial es el polen de las gramíneas, pero a nivel gallego, con diferencia, la alergia más importante son los ácaros, sobre todo en A Coruña. Cuanto más costera sea la zona, más prevalencia de alergia a los ácaros y cuanto más en el interior, va creciendo la alergia al polen en detrimento de los ácaros. Los ácaros viven en las zonas de clima oceánico.
¿Cuál es la alergia más rara que has diagnosticado?
Hubo un caso muy curioso, hace poco, de una chica alérgica al fluido seminal de su marido. Tiene un serio problema, se dan reacciones muy graves.
¿Y otras curiosas?
Gente que llegaba con un asma muy grave porque eran alérgicos al hámster siberiano, pero no al hámster normal.
¿Y qué me dice de las avispas?
Antes teníamos muchos pacientes con alergia a las abejas porque había mucha apicultura, pero desde que está la velutina los pacientes alérgicos a la abeja bajaron, la velutina elimina las colmenas, y la de avispa se ha disparado.
¿Cuántos pacientes hubo?
Solo en los meses de verano de 2018 vinieron cien pacientes que se quejaban de reacciones por avispa, algunos no eran alérgicos, pero un porcentaje importante sí.
¿Qué pruebas existen para determinar las diferentes alergias?
Lo más importante para diagnosticar una alergia es hacer una historia clínica completa preguntando detalles de cuándo, cómo y en qué períodos se produce, entre otros. Después, existen las pruebas cutáneas que son los pinchazos en el brazo. Esas pruebas son extremadamente sensibles, fáciles de hacer y prácticas aunque a veces pueden dar falsos positivos. En caso de duda, tenemos los análisis de sangre, no solo sirven para diagnosticar sino para pronosticar.
¿Cómo se pueden tratar las diferentes alergias?
Primero, evitar aquello que me afecta. Hay sustancias que no pueden ser evitables, pero si yo sé que soy alérgico al epitelio de
hámster, con no tener al animal en casa lo soluciono. En segundo lugar están los medicamentos, que mantienen a raya la alergia, no la curan, la controlan. Para finalizar está la vacuna que, según de qué alérgeno se trate, puede ser curativa, como en las avispas, o mejorar de forma notable las molestias a largo plazo.
En el Chuac, ¿cuántos casos de alergias pueden diagnosticar al año?
Vemos más de 5.000 pacientes, pero alérgicos verdaderos pueden ser el 60%, unos 3.000.
¿Por qué hay alergias tardías?
Suponemos que todo depende de la naturaleza del alérgeno, al mismo tiempo de cómo te expones. La alergia afecta a todos, pero suele pasar que cada tipo de alergia suele debutar en un tipo de edad. La alimentaria suele darse en niños; al polen, en la adolescencia; y a medicamentos y a las avispas en edad adulta.
¿Algún componente genético?
Sí, heredas de tu familia una predisposición a sufrir alergias. Pero yo me hago alérgico a lo que me rodea, es una enfermedad muy condicionada por el medio ambiente.
¿Qué avances existen?
Ahora hacemos diagnósticos moleculares de la alergia. Si sabemos que alguien es alérgico, por ejemplo, a la manzana, podemos saber también la proteína que le afecta.