Una zona diferente, con comercios alternativos, llena de artesanos y artistas, alejada de las áreas dominadas por las grandes cadenas y habitada por jóvenes empresarios con ganas de reinventar el comercio tradicional. Hace una década que surgió el boom del Soho coruñés, en la calle del Orzán, denominado así por sus similitudes –aunque lejanas– con el barrio londinense del mismo nombre. En plena recesión económica, poco queda ya del barrio alternativo de la ciudad, salvo una hilera de locales cerrados, edificios en estado ruinoso y paredes llenas de pintadas. Los empresarios que siguen en la zona, y que participaron en la puesta en marcha del Soho desde un principio, se resisten a abandonar el proyecto por el que llevan luchando años. Aunque reconocen que la crisis, el elevado precio de muchos alquileres y unos planes municipales ajenos a su realidad complican que el Orzán levante el vuelo.

Aseguran que las iniciativas del Ayuntamiento no les suponen beneficios

“Esta nunca fue una calle comercial, sino una zona diferente”, cuenta Alberto Busto, “Chueco”, responsable de la asociación de comerciantes Soho-Orzán y empresario de la zona. Considera que la situación por la que está pasando el barrio no es diferente a la de otras zonas de la ciudad, y habla de una nueva era para el comercio que, asegura, no todo el mundo es capaz de entender: “Ya no se trata de montar un negocio y de hacerte millonario”. Los precios de los alquileres son caros, pero cuenta que algunos no llegan a los 300 euros y tampoco encuentran quien los regente, lo que, afirma, es una muestra de cómo está el sector.

Ve positiva la peatonalización de la calle, “por lo menos ahora hay gente que pasea por aquí”, pero no encuentra la complicidad en los planes del Ayuntamiento. Asegura que le hicieron una propuesta a la concejala de Empleo y al alcalde, pero, por ahora, no obtuvieron respuesta.

Tampoco creen que las medidas promovidas por el gobierno local como la limpieza de bajos comerciales les favorezcan, ya que “se acondicionaron los que estaban más o menos bien, pero los que realmente están mal, llenos de ratas, siguen igual que estaban”, apunta este artesano, que recuerda que hay varias casas en ruinas sin que se haga nada para rehabilitar urbanísticamente la zona. Sobre el carril bus, cree que su eliminación no ha atraído a más clientes.

los últimos

“Me fui porque me estaba quedando sola y necesitaba un local más grande”, relata Chus Facal, dueña de Vaibén, una de las pocas tiendas de moda que continuaban trabajando en el Orzán, y que hace unos meses se mudó a San Andrés. Para esta empresaria, la solución del Soho coruñés es fácil: rebajar los precios de los locales.

Para los vecinos del Orzán, el problema está, también, en la falta de cuidado y mantenimiento de la zona. “Las calles del entorno están muy sucias”, se queja la presidenta de la entidad vecinal Aure López. n