El mal tiempo que ha predominado durante la última semana ha convertido noviembre en el mes más húmedo de 2012, por ahora. Aunque las lluvias no deberían ser un fenómeno inusual en este época del año, lo cierto es que la tendencia que se estaba siguiendo en los dos meses anteriores hacía pensar en un otoño igual de seco que el de 2011.

Pero no ha sido así, ya que la acumulación de precipitaciones durante 15 días hizo que el mes pasado cambiase la tendencia. Una situación extensible a toda Galicia pero que, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se acentúa especialmente en el noroeste de la comunidad, o lo que es lo mismo en A Coruña y las comarcas más próximas.

Los temporales llegaron con rachas de viento de más de 85 kilómetros por hora

Sin ir más lejos, durante la última semana se registró una media acumulada de lluvia de 14 milímetros por hora en las estaciones de Agra do Orzán y Alvedro. Durante el miércoles 28 se alcanzó la marca máxima de precipitaciones acumuladas en una hora con 16,7 milímetros, en el caso de la estación de A Coruña aeropuerto; mientras que el récord de la provincia lo ostenta Vimianzo, donde la estación meteorológica llegó a registrar una precipitación acumulada de 26,8 milímetros por hora el pasado viernes.

Valores que están lejos de las lluvias torrenciales que han caído en sitios como País Vasco o Canarias (que superan los 60 milímetros por hora), pero que al ser continuadas baten un récord con relación a otros datos del año. “El índice de precipitaciones ha sido superior a lo normal en esta fechas, por lo que se puede decir que noviembre ha sido especialmente húmedo”, explicó el director de la delegación de la Aemet en Galicia, Francisco Infante.

Pero la lluvia no fue la única protagonista de la climatología durante el pasado mes. Los temporales han estado acompañados por fuertes vientos que se notaron con especial incidencia en las localidades costeras.

A Coruña no podía ser una excepción ya que la velocidad media del viento durante la última semana ha sido de 50 kilómetros por hora, con rachas de 85 kilómetros.

Claro está que las marcas de la capital herculina distan mucho de los 143 kilómetros por hora de Vimianzo y de los 127 de Fisterra.