La Plataforma para a Defensa da Ría do Burgo puso sus esperanzas en Bruselas para agilizar el saneamiento de la ensenada y puede que ahora la comisión de peticiones le dé la espalda. Ayer se produjo otra reunión para cerrar las conclusiones acerca de la visita realizada en febrero por parte de una delegación de eurodiputados y ahora los miembros de la misma no se ponen de acuerdo sobre lo que han visto en Galicia. El mayor riesgo es que si no se llega a un acuerdo puede que no se traslade ningún informe a la presidencia del Parlamento Europeo, como estaba previsto y como viene siendo habitual, por lo que la misión de investigación no tendría ningún tipo de repercusión.
Ha sido la presidenta de la comisión de peticiones, la italiana Erminia Mazzoni, la que, harta del conflicto abierto entre partidos, decidió tras la sesión de ayer imponer un plazo máximo de 15 días para que los tres delegados que componían la misión –el resto de políticos eran diputados nacionales sin poder de decisión– se pongan de acuerdo en un único documento. “Invito a los tres colegas que como muy tarde en 15 días elaboren un texto que contemple todo porque se han superado los plazos habituales de respuesta”, declaraba.
descripción de los hechos
El problema ahora ya no está solo en las conclusiones y recomendaciones de la comisión, sino incluso en la descripción de los hechos. El mayor punto de desencuentro está en Ferrol porque el grupo del Partido Popular europeo, con el presidente de la expedición a la cabeza, el francés Philippe Boulland, así como sus portavoces españoles –Carlos Iturgaiz y Francisco Millán Mon– no quieren ni que se mencione en el texto porque entienden que no tuvo una petición formal previa. En cambio, sus compañeras de viaje, la ecologista Tatjana Zdanoka y Angelika Werthmann, de la alianza demócrata, entienden que debería incluirse. De ahí, que hayan elaborado otro documento paralelo –parece que hay hasta tres versiones distintas– y se le ha hecho llegar a la presidenta de la institución.
Si en 15 días sigue sin haber acuerdo pero cada parte presenta su escrito, habrá que atenerse al de Boulland, como presidente de la misión, y sobre él se podrán presentar enmiendas. El problema está en si este documento no llega, entonces, Mazzoni comunicará a la presidencia del Parlamento europeo que se ha producido esta visita, pero que los delegados no han sido capaces de llegar a un acuerdo sobre lo que allí pasó “y la conclusión no podrá enriquecerse con el trabajo de la comisión”.
“Les insto a que sean maduros políticamente, es increíble que no nos pongamos de acuerdo en la descripción de un hecho”, llegó a decir la responsable, que también pertenece al grupo popular, ante el clima de conflicto que reinó en la sesión con dos bandos claramente diferenciados, el de los conservadores y el de los nacionalistas y verdes. El socialista Antolín Sánchez Presedo fue el más conciliador y animó a ambas partes a entenderse. Cree que la visita despertó “gran expectación” por lo que pide “un esfuerzo para estar a la altura, no una sesión de reproches”. Su grupo sí acepta que Ferrol se incluya en el informe.