El Obelisco acogió ayer un mercado del Proxecto Semente que supo sobreponerse a la lluvia después de tener que ser cancelado por su culpa en una ocasión. Con música de fondo, globos indicando la localización de los puestos para que los viandantes los vieran desde bien lejos y un derroche de colorido, cientos de niños de 21 cooperativas tomaron el Cantón Grande. Esta iniciativa, que busca acercar a los estudiantes a la realidad del mundo del emprendimiento y las cooperativas, sorprendió a los visitantes por la profesionalidad de los grupos de alumnos.
Los 14 colegios que se sumaron a la plantación estipularon unas cooperativas con presidentes incluidos, que ejercieron de portavoces cuando hubo que explicar los entresijos de estas pequeñas empresas. Detrás de nombres tan sorprendentes o curiosos como “Cool Crafters, Fiore, La Labritiendao Axudarte”, tras los mostradores, atendían jóvenes coruñeses de entre seis y doce años.
Accesorios y decoración
De los productos a la venta daba buena cuenta, la presidenta de la Empresa de Trabajo Cooperativo (ETC) del Salgado Torres. Paula explicó que en el negocio participaron los 23 compañeros de clase, que pasaron todo el año creando “pulseras de madera y tela, diademas de tela y trapillo, chokers...”.
El dinero recaudado se repartirá entre la Cocina Económica y la excursión de fin de curso a las Islas Cíes. Javier, su homólogo en el colegio Juan Fernández Latorre, presumía de los preciosos elementos decorativos ideados por Hama Kids. “Con bolitas de plástico que se planchan con el calor creamos figuras sacadas de internet o inventadas por nosotros”, destacó. Ellos destinarán el 10% a una ONG y el resto se ahorrará para viajar a Madrid.
También había plantas, imanes o joyería como las que fabricaron en el aula de especial de la Grande Obra de Atocha, que destinará el 90% de los fondos a su escuela de Venezuela.