El jefe de servicio de Oncología Médica del Chuac y organizador de la 31 reunión anual de la Sociedad Oncológica de Galicia, Luis Antón Aparicio, habla sobre la asamblea, en general, y sobre el lema de este año: “Cancro no ancián”, en particular.
¿Cuál es el objetivo principal de esta reunión?
La Sociedad Gallega de Oncología Médica organiza todos los años esta acción, que va rotando por todos los hospitales de Galicia, y donde cada uno de los oncólogos expone un tema específico, este año sobre el cáncer en la Tercera Edad.
¿Por qué este tema?
Por tres motivos. El primero es que Galicia tiene una población envejecida. La segunda, que el cáncer y el envejecimiento van de la mano debido a que la mayor incidencia se da en la población de mayor edad. La última, que hay una gran cantidad de terapias muy costosas y tenemos la necesidad de abordar cómo mantener esta oferta de calidad asistencial y sostenibilidad del sistema sanitario.
¿Cuáles son los cánceres más comunes entre esta franja de edad?
Últimamente, el cáncer digestivo de colon está ganando terreno. Si hablamos por sexos, el cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres y el de próstata en los hombres. Tiene una incidencia en Galicia en torno al 25-30% sobre el total de la población.
Asimilan del mismo modo los tratamientos? ¿Se trata diferente en esta franja de edad?
Hay que ofrecerlas con un cuidado exquisito porque a su propia biología no le favorece recibir tratamientos altamente agresivos. No lo soporta de la misma manera que una persona de 40 años, pero a la hora de responder al tratamiento es exactamente igual.
¿Los familiares de este tipo de pacientes cómo lo afrontan?
En este momento, no hemos llegado al máximo todavía de la calidad, pero podemos estar muy satisfechos porque la sanidad puede informar muy bien a los familiares, es algo asociado con la atención más humana. Creo que la oncología en Galicia está consiguiendo unos resultados altos de satisfacción. Sin embargo, no es lo mismo informar a los familiares de un paciente de la Tercera Edad que a los de una joven, son distintas formas de percibir el mensaje. Debido a que cuando eres mayor asumes que ya has cumplido en la vida y la familia, con esta sociedad tan urbanizada y menos preocupada, no tiene tiempo. Es difícil que ahora una persona de la Tercera Edad viva de forma continuada con sus hijos. Por este motivo, hay que hilar fino para informar unidireccionalmente y no crear tensiones en el seno de las familias, porque ambas partes puede que no tengan el mismo parecer. Al mismo tiempo, gracias al trabajo de los psicólogos podemos darle una mejor información a ambas partes.
¿Cuáles son los principales factores que motivan este tipo de enfermedades?
El principal es el ambiente externo y la alimentación es clave en ese sentido. El tubo digestivo sufre el impacto de llevar muchos años recibiendo determinados alimentos dañinos. La relación de tóxicos externos y cáncer hay que seguir aceptándola.
¿Cómo afecta tratar a un paciente mayor con otras dolencias aparte del propio cáncer?
Es más complejo porque tienes que tratar las enfermedades asociadas como pueden ser la hipertensión, un infarto o una fibrosis pulmonar. Tienes que vigilar cómo evolucionan. Ese paciente a lo mejor no se muere de cáncer, pero sí de una complicación que no es capaz de superar su organismo.
¿Qué retos futuros u objetivos se presentan para este tipo de pacientes?
Tenemos que saber cómo sostener el sistema para seguir facilitando y ofreciendo el nivel óptimo de medicina. Hay que darles lo mejor y lo máximo como a cualquier ciudadano. Hay que sentarse y buscar soluciones.