Llegó el día. Ayer por la tarde el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada, y el director de la refinería, Luis Llamas, firmaron en presencia de decenas de autoridades un primer acuerdo por el que la petrolera se compromete a iniciar su traslado al Puerto Exterior tras cuatro años de espera. Con este acto se hizo pública a los medios de comunicación la indemnización que recibirá Repsol por tener que abandonar los pantalanes de San Diego antes de que finalice su concesión en 2027. Serán 23,9 millones de euros a pagar en 15 años, una cantidad muy alejada de los 240 millones que, según el presidente de la entidad portuaria, llegó a reclamar la compañía por primera vez en 2009.
“Se irán pagando en cuantías anuales que variarán en función de distintos parámetros”, explicó Losada en su discurso, pero se desconocen cuáles son esos criterios. Lo que sí se sabe es que con la rúbrica de este documento la compañía se compromete a solicitar una primera concesión en punta Langosteira antes del 14 de febrero de 2014 con el objetivo de estar operando en Arteixo en 2018.
primer paso
Se trata de un primer permiso al que deberán seguir otros porque, como ya se esperaba, el documento de ayer solo habla de las importaciones de Repsol, no de los productos refinados que exporta desde A Coruña, para lo que se necesitaría un nuevo acuerdo entre ambas partes y se desconoce si también nuevas compensaciones económicas para la firma.
En concreto, las características del convenio pasan por que la compañía solicite una concesión para construir una terminal de graneles líquidos en Langosteira que ocuparía una parcela de 30.000 metros cuadrados, por el momento un espacio más pequeño que los 98.323 de los que dispone en San Diego. Pero es que esta superficie sería ampliable hasta los 285.000 metros.
En cualquier caso, Repsol también necesitaría de otros 15.000 metros de ocupación para el rack de tuberías que conectará los muelles en donde atraquen los tanques con la terminal, así como otros 20.000 metros de lámina de agua. Y es que la empresa dispondrá de un pantalán de uso privativo perpendicular al dique principal.
Todas estas infraestructuras correrán a cargo de Repsol, que también deberá construir un nuevo poliducto para conectar la refinería con la nueva dársena en la que se descargará el petróleo crudo. En total, se calcula que invertirá 124,6 millones de euros para poder comenzar a operar en el Puerto Exterior dentro de cinco años, aunque los detalles se perfilarán en los estudios de ingeniería posteriores.
coque y azufre
En el convenio firmado ayer, se fija como fecha de entrada en servicio el 14 de abril de 2018. “O antes si hubieran finalizado los trámites y las obras necesarias para ello”, aclaran desde la Autoridad Portuaria.
Aunque para entonces Repsol seguirá manteniendo su actividad en la dársena de San Diego para exportar los productos refinados que salgan de la refinería, tanto la compañía como la propia Autoridad Portuaria señalan que esta actuación permitirá liberar una superficie de 26.397 metros cuadrados de los muelles interiores, que se corresponderían principalmente con el área destinada al almacenamiento de crudos, así como de coque y azufre (graneles sólidos). Estos dos graneles sólidos también se trasladarán a punta Langosteira en esta primera fase, en la que se lograría mover el 60% del total de tráficos que Repsol maneja en A Coruña.
El año pasado, solo el tráfico de petróleo crudo ascendió a cuatro millones de toneladas, lo que “supone entre el 56% y el 63% del total de las mercancías cargadas y descargadas por la empresa en el puerto coruñés”, señala la propia compañía. n