Los ochenta chavales que de forma habitual entrenan con la Asociación Coruñesa de Waterpolo lo hacen desde principios de este mes en la playa de San Amaro. El motivo, la rescisión del convenio que la entidad deportiva mantenía desde 2011 con la empresa Gaia, que aún gestiona la concesión de las instalaciones deportivas de Elviña, el Agra y A Sardiñeira por la que los deportistas tenían su base en la piscina de Elviña.
Las razones que han llevado a la empresa a romper ese acuerdo en favor del fomento del deporte base varían, dependiendo de a quién se le pregunte. El gerente de Aqa Deporte y Salud –la marca que da nombre a la sociedad Gaia Gestión Deportiva– alega “una cierta conflictividad con el presidente de la asociación” y razona que es prerrogativa de su entidad rescindir un contrato. “Hemos decidido no renovarlo, pero eso no significa que no sigamos apostando por el deporte. Firmaremos con otro club que nos ofrece más profesionalidad y tiene mejor encaje con lo que queremos dar”, avanza.
Carlos Cayado, dirigente del club y entrenador, tiene una idea distinta. “Hay un incumplimiento de contrato y vamos a presentar denuncia”, alerta, señalando que el convenio tiene vigencia hasta el mes de octubre.
como usuarios
La asociación deportiva señala que los problemas con Gaia se remontan a varios años atrás, con duplicidades de cuotas y otras incidencias y se resolvieron hace pocas semanas, cuando la empresa dejó de pasarles las cuotas que cobra por cada deportista y a denegarles el paso. Según afirma la directiva, a los chavales se les ha vetado la entrada a Elviña como miembros del club, pero también como usuarios, algo que niegan desde la entidad gestora. “Nadie puede obligar a una empresa a fomentar el deporte, lo que sí puede es forzarla a cumplir la legalidad”, observa el presidente de la asociación.
“Eso no es verdad”, rebate el gerente de Gaia, quien reconoce que lo que se ha invalidado a los chavales es el abono para deportistas, que la concesionaria ofrece a los miembros de las entidades con las que mantiene convenio. “Pero si tienen abono individual o familiar, o pagan, claro pueden entrar, como cualquier otra persona”. Otra cosa es que puedan seguir realizando allí sus entrenamientos, como los niños y jóvenes de las asociación venían haciendo desde hace unos ocho años.
Desde la asociación de waterpolo ya han presentado varias reclamaciones en Consumo y también se han comunicado con la Xunta, al considerar ilegal el trato que se está dispensando a los deportistas por parte de una empresa que en los últimos años ya ha protagonizado otros conflictos por los que el Gobierno gallego anunció hace meses el rescate de la concesión. Se declaran dispuestos a llegar “hasta lasa últimas consecuencias” y ya preparan para el 11 de septiembre una protesta en bañador.