Al estado de abandono en el que están sumidos desde hace años por la falta de alumbrado, de pluviales y calles sin el suficiente trazado como para que circulen por ellas las ambulancias, el barrio de Bens tiene que añadir ahora un nuevo problema.
Hace aproximadamente un mes que ocuparon una de las viviendas vacías y temen que no sea la única porque existen muchos inmuebles abandonados y de fácil acceso.
Por eso, contactaron con los propietarios para que tapien puertas y ventanas, “que las vendan o que las arreglen”, cuenta el presidente de la asociación vecinal del barrio, Antonio Conde. El portavoz explica que ya denunciaron los hechos, pero cuando apareció la Policía Local no se encontraba nadie en el interior de la casa: “Tenían ropa y perros”, así que los agentes le indicaron a la dueña que lo demandase. Desde el colectivo apuntan que la vivienda está okupada por una chica y dos chicos jóvenes con dos perros, que “se pinchan”. “Y estamos preocupados porque tenemos niños pequeños”, explican. De hecho, le solicitaron a la Policía Local que investigase, ya que sostienen que los canes pueden ser de razas peligrosas y reclaman que revisen si cumplen con las normas. Añade Conde que los propietarios no están por la labor de cerrar bien las entradas de sus casas. Los que las tienen a la venta piden un precio alto y exigen una reforma: “No se pueden tirar por fuera, pero por dentro sí”. Y ve difícil la puesta en escena de estas construcciones en el ecosistema de Bens, al menos, en un período de tiempo próximo. En general, los vecinos están muy descontentos con el mantenimiento de la zona. Los niños carecen de parque infantil.
Ante el problema de la estrechez de los viales, quedaron con el Gobierno local en que hablarían con los dueños de las fincas que colindan con las calles por si estaban dispuestos a ceder un tramo.
Lo están, pero el Ayuntamiento sigue sin actuar y los sanitarios se ven obligados a aparcar en la rotonda y asistir en camilla a los enfermos con urgencias.