El Gobierno municipal reparará próximamente el muro que se derrumbó en el parque de Oza a mediados del mes pasado debido a los temporales que azotaron a la ciudad.

Las intensas lluvias acabaron con los restos de un baluarte de principios del siglo XVII, zona que fue precintada para evitar riesgos para los ciudadanos.

Desde entonces, técnicos del Gobierno local llevaron a cabo estudios para conocer a fondo el estado del muro y si era posible su recuperación. Una vez que se comprobó que se puede efectuar una recomposición de la estructura, la Concejalía de Medio Ambiente se puso en contacto con la de Infraestructuras ya que la segunda es la que tiene los planos de la zona.

Fuentes municipales aseguran que todavía no tienen plazos para la recuperación de este muro, que no causó daños personales cuando se derrumbó, aunque la zona sigue acotada para evitar posibles incursiones.

El derrumbe de parte de este muro que sirve para dividir la pendiente del parque de Oza en dos niveles no sorprendió a la agrupación vecinal de la zona, que llevaba tiempo advirtiendo a los responsables de María Pita del mal estado en que se encontraban algunos puntos de este parque y de otros del barrio.

“Tienen que mirar todo el muro porque una vez que se deteriora una parte se deteriora todo el conjunto. Los parques están hechos un desastre, tiene que haber un mantenimiento y adecuarlos a los tiempos. Desde que se inauguraron no se volvieron a tocar”, explicaban a este diario después del derrumbe.

Historia
Este muro había sido levantado poco después del famoso asalto de la flota inglesa comandada por sir Francis Drake, en 1589. Después de ser rechazada la armada con graves pérdidas, se decidió reforzar las defensas de la ciudad amurallando Oza, que por aquel entonces todavía era un municipio independiente del resto de la ciudad. 

Poco a poco se fue completando y haciendo reformas en el siglo XVIII y XIX hasta que, ya en 1912, Oza fue absorbida por A Coruña. Gran parte de su patrimonio también se vio afectado por la expansión urbanística, como el castillo de San Diego, que fue demolido para construir instalaciones portuarias.  

Desde entonces, el patrimonio de Oza ha ido sumiéndose en una progresivo olvido, según denuncia el arqueólogo Felipe Senén, que reconoció que el muro “no es que sea un monumento de primer orden”. El experto lamenta el estado en que están otros edificios o restos históricos en esta parte de la ciudad.