Después de varias semanas en las que parecía que el foco de atención de las investigaciones de la Guarida Civil sobre la desaparición de Diana Quer se centraban en la parroquia rianxeira de Taragoña, ha trascendido que la semana pasada se llevó a cabo un nuevo rastreo en las inmediaciones de la casa de veraneo de la joven madrileña en el lugar de Cabío. Según relataron varios testigos, un considerable despliegue de la Benemérita, con cerca de una veintena de agentes, llevó a cabo en la tarde del pasado 10 de octubre una nueva búsqueda por la zona, en concreto por las proximidades del campo de fútbol de A Alta en la zona más próxima al paseo marítimo.
El regreso hacia este lugar hace pensar que los investigadores continúan sin descartar ninguna hipótesis en relación a lo que le pudo suceder a la adolescente para que se la perdiera de vista en la madrugada del pasado 22 de agosto. El objetivo de la referida batida, como ya sucedió en anteriores ocasiones en las que se llevaron a cabo acciones similares, no fue otro que el de encontrar indicios, pruebas y evidencias que pudieran aportar algo de luz sobre el caso. Los investigadores también tratan de determinar los teléfonos móviles que coincidiesen con el de Diana Quer en la misma franja horaria y lugar en la noche de su desaparición.
Por otro lado, algunas fuentes apuntaron que, aunque haya otras hipótesis sobre lo que le pudo ocurrir a la chiquilla, cabe la posibilidad de que todo sea más sencillo y no haya que buscar demasiado lejos para obtener pistas, y de ahí que se vuelva a rastrear en A Pobra.
Por su parte, la madre de la joven desaparecida, Diana López-Pinel, mantiene su creencia de que la desaparición de su hija no se produjo de una manera voluntaria. Agregó que algunos de los detalles aportados por testigos que indicaron que habían visto a una muchacha de sus características en la madrugada del 22 de agosto en el puerto de Taragoña bajándose de un coche ocupado por tres personas y subiéndose a otro en el que iba un individuo con “mala pinta” pueden encajar en lo que ella viene sosteniendo desde el principio y subrayó que puede “que fuera en un vehículo y luego la cambiaran a otro”.
Cabe recordar que tres individuos fueron a los que se refirió con una detallada descripción una testigo protegida en su declaración ante la Guardia Civil y de los que aseguró que la acosaron en las fiestas de la villa y escasas horas antes de que se le perdiera la pista a Diana Quer.
Por otro lado, fuentes cercanas al padre de Diana Quer, Juan Carlos, indicaron que después que su hija pequeña, Valeria, fuera visitada por su madre en el hospital, ambas se pudieron volver a encontrar en la noche de este lunes, después de que el progenitor diera su consentimiento para que fueran a cenar juntas, pero que luego regresó al domicilio paterno.
Añadieron que madre e hija pudieron volver a reunirse ayer por la mañana, pero que se trata de algo eventual pues la custodia de Valeria le sigue correspondiendo a Juan Carlos Quer tras la decisión de una juez de Riveira de retirársela cautelarmente a Diana Lópe z-Pinel, algo que mantiene un juzgado de Pozuelo a la espera de que se practiquen diligencias.