Una prisión de Oklahoma (EE.UU.) ejecutó hoy a Michael Hooper, un preso que había tratado de retrasar su pena de muerte al denunciar el método de inyección letal del estado, después de que el Tribunal Supremo se negara a mediar en el caso.
Hooper, sentenciado a muerte por el tiroteo con el que mató a su novia y los dos hijos pequeños de ella en 1993, fue declarado muerto a las 18.14 hora local (23.14 GMT) del martes, según informó la cadena de televisión local KOCO.
El preso, de 39 años, denunció el pasado mes al estado de Oklahoma en un intento por detener su ejecución, al alegar que el protocolo de inyección letal que combina tres tipos de medicamentos era inconstitucional y solicitó que se acompañara de una dosis extra del sedante pentobarbital, según la cadena.
Sin embargo, las cortes estatales rechazaron tramitar la demanda y el Supremo estadounidense tomó la misma decisión la tarde del martes, por lo que la ejecución se mantuvo según lo previsto.
El pentobarbital es la primera droga que se administra durante las inyecciones letales en Oklahoma, con el fin de dejar inconsciente al preso y aplicarle entonces el bromuro de vecuronio, que detiene la respiración, y finalmente el cloruro de potasio para parar el corazón.
La demanda de Hooper argumentaba que cada vez más estados de Estados Unidos han cambiado su protocolo de inyección letal para reemplazar el triple medicamento con uno solo, un barbitúrico altamente potente que supuestamente es indoloro.
Sin embargo, ese método también ha tenido sus críticas y el pasado 24 de julio la Corte Suprema de Georgia decidió suspender la ejecución de un preso, Warren Hill, hasta decidir si el nuevo protocolo viola la ley estatal.
En lo que va de año 27 personas han sido ejecutadas en Estados Unidos, cuatro de ellas en Oklahoma.