El Puerto Exterior se abrió ayer de nuevo al público. Lo hizo dentro de la sexta edición de visitas a las instalaciones de punta Langosteira que, como novedad, permitió que el medio centenar de participantes en el tour pisasen por primera vez la nueva dársena.
“Este año nos estrenamos con una nueva perspectiva”, destacó Gustavo Robledo, el técnico encargado de guiar a los visitantes por el proceso de construcción del Puerto Exterior desde una zona acotada en el medio del muelle, a la que los participantes accedieron en autobús y, por primera vez también, desde la nueva carretera de Sabón. Robledo recordó que antes los asistentes tenían que conformarse con observar las instalaciones desde arriba, a través del mirador al que se accedía con por la carretera de Suevos, que se comenzó a demoler en abril para ganar 40 hectáreas de superficie antes de que termine el año.
Durante cerca de una hora, el guía de la visita recordó cómo se llevó a cabo la construcción del dique y los materiales que componen las diferentes capas que lo integran. “Es como una especie de brazo de gitano, pero a lo bestia”, bromeó. Recordó que las dos primeras fases de la obra están lista, y que falta una tercera, en la que  se completará la iluminación, las vías de acceso y el contradique.

preguntas
Finalizada la explicación se abrió el turno de preguntas en el que los asistentes se interesaron por cuestiones como dónde está ubicado el nuevo acceso por carretera que se está construyendo –en la actualidad ya pueden verse los dos túneles que dan entrada a la dársena– o qué plazos y qué trayecto se prevé para las comunicaciones por ferrocarril.
Los asistentes también se preocuparon por la implicación de la Universidad en el desarrollo del proyecto –la escuela de Caminos cuenta con un equipo específico–, o por las garantías de que las instalaciones pudiesen resistir las embestidas del fuerte oleaje.