Esta vez, vuelve con otros hits debajo del brazo. “Grandes éxitos” es un espectáculo que lo pondrá a bailar el domingo, a las 20.00 horas, con Inés León, Alejandro Vera y Beatriz Ros. Lo llevan girando desde enero de 2018 cuando lo estrenaron en Madrid. Desde entonces, asegura que solo le da alegrías.
Por eso, hace encaje de bolillos para saltar del plató a los teatros: “Estamos muy contentos”. Y es que llenan y porque llenan, repiten. Para el Palacio de la Ópera quedan poquitas localidades, afirma, un subidón si se tiene en cuenta que el factor sorpresa que pudo tener en 2015 al coger el micrófono y cantar ya no le acompaña en esta segunda vuelta. Da lo mismo.
La gente acude, dice, y al contrario de lo que pueda pensar el gran público “que estoy aprovechando la popularidad, no haría nada si no fuera un espectáculo de primera línea” porque “no me lo puedo permitir, sería una decepción para los que me vienen a ver por la televisión”.
De los que se sientan enfrente, señala que “muchos siguen el programa”, pero los que más gracia le hace son sus acompañantes, que llegan rosmando “y acaban siendo los más entusiastas, por eso me encantan”.
La cuarta pared también se puebla de jóvenes, así que a los que dicen que “me vienen a ver las señoras les diré que sí porque son las señoras las que sostienen el tejido cultural de este país, las que leen y van al teatro”. Ellas arrastran a los otros, así que “¡benditas mujeres!”.
Jorge Javier no quiere desvelar el set list que sonará en directo, pero sí cuenta que todos los temas son muy conocidos, tanto que “con el primer acorde te das cuenta de cuál es”.
Ensayos
De si le gustan o no a quien los interpreta, el presentador comenta que unos sí y otros no y confiesa que tiene poca vista para saber lo que funciona. Le pasa siempre y en “Grandes éxitos” cuando estaban todavía preparándolo con ensayos, había números que “no me hacían especial gracia”.
Son los que más triunfan en directo. “Yo no nací para dirigir, me limito a hacer lo que me mandan”, en esta ocasión, en una noche porque la acción del show se concentra en un encuentro nocturno entre dos personalidades muy arrolladoras, justo el día antes a la grabación del disco.
Y es esa noche la que dispara las escenas “más disparatadas”. Confiesa que se lo pasa muy bien con la comedia musical: “Hasta ahora nadie ha pedido que le devuelvan el dinero de la entrada”.
Lleva años estudiando música, modulando la voz para ser parte de un todo porque en el montaje, “me rodeo de cuatro músicos en directo y tres actores cantantes que han hecho los mejores musicales del país”.
De todo el aluvión de mensajes que escucha y recibe, se queda con una espectadora de Jaén que fue con su madre. Al acabar, esta última le dijo que no sabía cuándo se lo volvería a pasar tan bien. Por cosas así, sigue. Dice que ser disciplinado le ayuda a llevarlo. Eso y salir de cada pase con una gran ovación.
Vázquez tampoco se cansa de presentar el mismo tipo de programas desde hace años porque “el verdadero reto es seguir sorprendiendo y pasártelo bien”. De eso no hay duda cuando uno pone Telecinco y lo ve en su salsa.