La jueza impone cárcel a un ginecólogo por la muerte de un bebé tras el parto

La justicia acaba de dar la razón a los padres de un bebé que falleció en julio de 2008 en una clínica coruñesa a las pocas horas de nacer, al condenar al ginecólogo que asistió a la madre en el parto como autor de un delito de homicidio por imprudencia profesional. La sentencia por aquella actuación médica considera probado que el acusado, al intentar un parto instrumental con fórceps, “no eligió la técnica de extracción adecuada” y demoró una cesárea cuya práctica, dadas las circunstancia de sufrimiento fetal que se apreciaba en el neonato, constituía “una indicación absoluta”.
El informe de autopsia del pequeño reveló dos causas de la muerte: por un lado un sufrimiento fetal agudo derivado de un déficit de oxígeno y, por otro, un traumatismo craneal que a ojos de la jueza estuvo causado por la mala aplicación del fórceps. Con estas conclusiones, la magistrada impone al obstetra un año de prisión y tres de inhabilitación para el ejercicio de esta especialidad ginecológica, más el pago de una indemnización a los padres y los hermanos del fallecido que alcanza los 224.000 euros.
La resolución judicial avala la tesis de la Fiscalía y la acusación particular –que ejerció el letrado Hugo Vilaboa–, al entender que el profesional “prolongó de forma indebida” la extracción del bebé una vez que el parto se complicó y, además, causó al neonato un traumatismo severo con fractura craneal y afectación del cerebro al perseverar en la extracción con el fórceps, pese a que ni la posición del niño (con la cabeza encajada en la cadera de la madre), ni la altura a la que se encontraba en el canal de parto ni su condición de prematuro lo aconsejaban. También indica la jueza que el médico usó el instrumento con “fuerza excesiva”.
Sentadas estas consideraciones, la magistrada opta por imponer la pena en grado mínimo, “considerando la gravedad de los hechos”. “Se valora esencialmente que, aunque desgraciadamente demasiado tarde, el acusado practicó una cesárea y extrajo al feto, y también que no se produjeron daños físicos para la madre”, justifica.
En este sentido, el informe de la perito forense recalca que en un parto como aquel “no cabía otra actuación de acuerdo con los protocolos médicos que no fuera la cesárea” y hace notar que esta se llevó a cabo de forma “realmente muy rápida” y “sin ninguna dificultad” una vez se practicó, lo que lleva a la especialista a determinar “que no había necesidad de optar por la utilización del fórceps como método más rápido”.

La jueza impone cárcel a un ginecólogo por la muerte de un bebé tras el parto

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