Cuando se estrenó en la literatura y acabó el primero de sus libros “Mi lugar. Mi pequeño sueño” pensó que no habría más, que su paso por la ficción acababa ahí. Con ese punto y final, pero tras el relato llegaron las presentaciones, las firmas y los lectores, que hoy son amigos, así que estando de espectador en una obra de teatro le llegó la inspiración de la segunda y hoy, Luis Anguita viene a la sede de Afundación con la sexta debajo del brazo.
Se titula “La quise ayer” y la introducirá a las 19.30 horas. La novela habla del amor, que, en este caso, está escondido detrás de una amistad muy potente, “de las que están cuando lo precisas y lo dan todo”, en este caso, entre Marcos y Sofía y la trama se va por un lado y por el otro, busca la felicidad y frena por miedo, pero insiste y llega. O eso es, al menos, lo que destaca su autor, que escribe odas a la vida cada vez que coge el bolígrafo para que el que lo lea no dude y salte: “Tengo los mejores lectores que puede tener cualquier escritor” porque le regalan comentarios y fotomontajes y llegan desde puntos como Córdoba o Ponferrada.
También de Sarria y al final, no le queda otra que seguir provocando buenas sensaciones porque en el ambiente, pulula la infelicidad y el pesimismo: “Lo material es solo material y nos complicamos demasiado la vida”.
Anguita Juega disfruta con los personajes, los engorda y suelta a rodar y pasa que en ocasiones los secundarios se convierten en sus favoritos. Explica que para esta historia, los hay de nueva creación, pero algunos son repetidos porque “les cojo mucho cariño” y, en este sentido, el autor tiene la sensación de que “están vivos mientras que haya un lector que los lea”.
Pequeños castigos
A algunos los castiga y engendran la maldad, pero los despide rápidamente y continúa dándole alas a los grandes como Miguel, el tío de Marcos, que “marca la vida de su sobrino y lo va a ayudar a creer en si mismo”. El puzzle lo completan Elena y Ramón. Con sus libros y sus instintos.
Porque la amistad es algo que se pasa por alto en esta sociedad, “somos tan competitivos que queremos ser mejor que los demás”, Luis Anguita le hace un hueco y despacha literatura y justicia al mismo tiempo como fiscal que es, a la que también trata de humanizar porque cree que es clave para que no sea injusta: “Mis libros no son para juristas, son para personas”.
El contador de historias le araña horas al reloj para escribir. Siente que le viene un idea y espera el momento. Es entonces cuando se abre un tiempo febril, que no se detiene hasta que la tiene. Y descansa. El recorrido de “Te quise ayer” (ediciones Carena) solo acaba de comenzar y ya tiene Madrid y Barcelona como próximas estaciones.